• Ante todo, nunca mires a una criatura errante directamente a los ojos. No hasta que estéis vinculados. Hacerlo demasiado pronto sería una provocación para la criatura. Hasta que se haya establecido un vínculo, mantén la mirada en el mentón de la criatura y parpadea pausadamente.
• Las criaturas errantes no son conocidas por atacar a nadie nada más verlo, a menos que las provoquen. La paciencia y la exposición son claves, pues a la criatura errante podría llevarle semanas aclimatarse si no ha sido expuesta a la presencia de los osunos con anterioridad.
• Una criatura errante salvaje está protegiendo a sus crías, aléjate de inmediato. Las madres recientes no llevan bien ningún tipo de intrusión. Si das con crías errantes salvajes, informa de inmediato a un instructor de criaturas errantes.
• La manera más rápida de ganarte el corazón de una criatura errante es a través del estómago. Lleva carne seca a cada encuentro.
• Al igual que hacen las criaturas errantes vinculadas, los ejemplares salvajes responden bien a las palabras que les dirijas. Habla en voz baja, suave y tranquila durante tus primeras interacciones.
• Las criaturas errantes salvajes tienden a viajar y cazar en solitario, pero permanecen en zonas en las que saben que hay más presentes. Si hay alguna en peligro, podrían acudir otras. De forma similar, si una criatura errante ha forjado lazos con un osuno, otros familiares con su olor podrían tenerlo más fácil a la hora de forjar vínculos adicionales.
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