Los Diarios son libros escritos por Lyhr y que se encuentran durante el paso de la historia de la Torre de los secretos.
Involucrado en la historia[editar]
Fragmento del diario de Lyhr
1127 d.É. Hoy Dagda se pasó por mis dependencias de buen humos. Me preguntó si quería viajar a Tyria, algo sobre hacer un recado para Isgarren. Quizá sea porque no he vuelto desde la ascensión, pero me costó disimular la emoción. No podría explicarlo; hay tanto de mi vida anterior oculto, inalcanzable... ¿A qué viene este atolondramiento? ¿Me he roto? ¿Me han poseído? Debería hacerme una revisión antes de salir. — Nuestro viaje comenzó en un gran monasterio cincelado en el interior de una montaña bautizado como "la biblioteca y el archivo más grandes de Tyria". Una mierda de yak, eso es lo que yo digo. Vagamos por sus pasillos iluminados por antorchas, en compañía de nuestras formas alteradas; Dagda como asura y yo como piedra. En perspectiva, de saber que nos encontraríamos con otro enano, habría probado otra cosa. No creo que este tal Ogden me reconociera, aunque no tengo forma de saberlo. Por suerte, Dagda consiguió lo que buscaba y nos largamos de allí. — No esperaba encontrarme con destructores, pero las ruinas estaban infestadas de ellos. Tuve que separarme solo para mantenerlos alejados de Dagda mientras ella abría mágicamente el cierre rúnico de piedra cuádruple. La emoción los alejó en una búsqueda sin sentido mientras yo vigilaba el pasillo que daba a la puerta. Una pena que no tuviera la ocasión de resolver yo esa prueba rúnica. — Lógica ¿Eso es lo que te molesta, idiota de cerebro podrido? ¿Y mi bienestar y yo, qué? ¡Casi me lanzan al magma! —Emoción Después de fusionarme, Dagda y yo descendimos lentamente a una sima de estrellas. Al fondo había una caverna gigantesca, cuyos muros resplandecían con la luz de gemas preciosas. Fue allí donde encontramos nuestro premio. Chispas de Deldrimor flotaban sobre las aguas opalescentes del lago que había. Dagda hizo lo que debía y yo contemplé un par de peces cósmicos relucientes que se rodeaban en perfecta sincronía. Fluctuando. Como yo. La parte inferior de la página está arrancada. Te preguntas dónde andará el trozo que falta. ¿Estará cerca?
Fragmento perdido del diario de Lyhr
Forja de Droknar. Observé a mi amiga "norn" de pie junto al agua, con algo entre sus manos que yo nunca había visto. Sus ojos resplandecían y comenzó a recitar un encantamiento desconocido para mí. Moviendo un solo dedo, insertó la chispa en el dispositivo y, por solo unos instantes, el mundo a mi alrededor cambió. La forja estaba ahí, mi gente estaba ahí. Nevaba. Vi a un enano ante mí ofreciéndome algo entre sus manos. Me froté los ojos para despertar y la visión desapareció. Tenía las manos mojadas. Estaba... ¿llorando?
La chispa blanca se había transmutado en una forma mercuriana plateada, atrapada en una pequeña cápsula en forma de prisma. Dagda se volvió hacía mí con una sonrisa e hizo un gesto para indicar nuestro regreso a la Baliza de las Eras. Quería preguntarle qué había hecho y para qué, pero no era cuestión de meter las narices en asuntos de brujos ancianos. Me lo contarán cuando sea el momento, no me cabe duda...