Contenido de Secrets of the Obscure

Torre de los secretos

De Guild Wars 2 Wiki
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Torre de los secretos

Año
1336 d.É
Argumento
Secrets of the Obscure
Capítulo
Prólogo: Tiempos inciertos
Localización
La torre del brujo
(Cuerno de Maguuma)
Nivel
80
Precedido por
La faceta extraviada
Seguido por
El destino de Mabon

La Torre de los secretos es el quinto capítulo de la historia de Secrets of the Obscure.

Objetivos[editar]

Recompensas[editar]

Guía[editar]

PNJs[editar]

Aliados[editar]

Asura
Charr
Enano
Humano
Jotun
Mursaat
Norn
Skritt

Enemigos[editar]

Objetos[editar]

Diálogos[editar]

Mi historia[editar]

Torre de los Secretos pantalla de carga.jpg

La torre del brujo no se parece a ningún lugar que haya visitado dentro de las fronteras de Tyria. Parecía mucho más pequeña desde abajo. Y pensar que este lugar ha estado flotando sobre la costa de Garenhoff todo este tiempo, observando silenciosamente cómo librábamos una guerra contra los dragones ancianos... Todavía me pregunto por qué no intervendrían, pero eso es una pregunta para Isgarren, para cuando todo esté ya dicho y hecho.

Al igual que el "Lyhr malo" consiguió superar subrepticiamente los mecanismos de defensa de la torre, también lo hicieron los kryptis. Mabon y Zojja se llevaron a un pequeño grupo para despejar un ala, mientras que Lyhr y Dagda lideraban otro. Nos reagrupamos fuera de la Sala de la Confluencia, el corazón de la torre del brujo, una vez que el perímetro estuvo asegurado. Con la magia de la cima de la torre funcionando de nuevo, pudimos viajar a Amnytas y colaborar con el Resguardo Astral en el frente.

Mabon lideró a los brujos en un arcaico ritual para conseguir acceder a la Sala de la Confluencia recitando un encantamiento denominado Luna sin Luz. Como no estaba Isgarren, le pidieron a Zojja que interviniese para ayudarles en el ritual. Al principio parecía reticente, pero tanto Dagda como Mabon la animaron a dar un paso al frente. Nunca la había visto tan fuera de su elemento ni tan insegura de sí misma; estoy acostumbrado a su imagen de golemante legendaria hipercompetente y desafiantemente segura de sí misma. Esta es una faceta de ella totalmente nueva para mí. Cuanto más la veo operar en este extraño Resguardo Astral, más me doy cuenta de lo mucho que ha madurado. Aquí tiene una vida totalmente nueva, un hogar. Estoy empezando a comprender lo mucho que el Resguardo Astral significa para ella... y cuánto significa ella para la institución.

En cuanto comenzaron a abrir la cámara y a insuflar de nuevo vida en la torre, los kryptis emergieron como una plaga. Los mantuvimos a raya mientras Zojja y los brujos canalizaban el hechizo. Ya hacia el final, Zojja profirió un grito ahogado de dolor provocado por la intensificación de la magia, pero, una vez eliminados los kryptis, todo había acabado. La torre se abrió de par en par y nos dejó acceder a su cámara más profunda. Mabon se volvió hacia nosotros en un momento de debilidad para indicarnos que su capacidad para plantarles cara estaba mermando. Yo llevo combatiendo la voz de Peitha que oigo en mi cabeza desde que llegué, pero no he sido objeto de ataques como Dagda o Mabon.

Nos miró y adoptó un tono fatídico que no parecía propio del mursaat calculador que conozco desde que llevo ayudando al Resguardo Astral. "Cuando llegue el momento, no quiero duda alguna". Hasta a Lyhr le llamó la atención la naturaleza de su críptico mensaje. Antes de partir rumbo a Amnytas en busca de Isgarren, Mabon le hizo prometer a Frode que velaría por todos entretanto.

***

Con Mabon rumbo a Amnytas y la torre asegurada, el Resguardo Astral se apoderó de las salas y pasillos y se ocuparon de la restauración. Yo colaboré en diversas tareas, pero lo más importante es que ayudé a Dagda a localizar las llaves del bastión que supondría la restabilización[sic] del sistema de portales de la torre y nos haría recuperar acceso directo a Amnytas. Hasta Peitha se quedó impresionada y expresó curiosidad y un cierto grado de sorpresa por la fascinación de Eparch con la torre de Isgarren. Me da la impresión de que tienen alguna historia en común. De un modo similar, yo me estremezco imaginándome lo que pensaría Aurene sobre este lugar, con sus grandes columnas y sus portales celestiales. Peitha preguntó por nuestro vínculo entre vástago y campeón, con el vacío aún presente en mis entrañas que se hace patente con solo mencionar su nombre. Sentía una sorprendente curiosidad por saber de nuestra relación, y me pareció detectar incluso un atisbo de celos en su voz.

Me pregunto si Aurene sabrá siquiera lo que hay aquí. Puede que alguna idea tenga, habiendo servido como filtro para todo el ecosistema mágico del planeta. Justo como Soo-Won probablemente hiciera antes que ella, dado que los brujos conectan supuestamente con el ecosistema para extraer su inmenso poder. Me gusta pensar que algún día conocerá en persona a los brujos como parte de su eterna responsabilidad de proteger Tyria. Y con la amenaza de los kryptis despejada en el futuro, es posible que pudieran trabajar en equipo con ese objetivo.

Una vez completados los preparativos y las llaves del bastión seguras en poder de Dagda, pudimos restablecer el transporte a Amnytas mediante portales. Antes de marcharme, Lyhr me dio las gracias por todo lo que había hecho para apoyarlos en su lucha contra los kryptis, otorgándome un nuevo título al amparo del Resguardo Astral: hallacaminos. Dice que se les concede a individuos que han ayudado a Isgarren y al Tribunal de los Brujos a lo largo del tiempo; un título honorífico, podría decirse. Hace mucho que no soy comandante de nada, así que hallacaminos me parece un título de lo más adecuado, al menos mientras esté aquí ayudando al Resguardo. Pase lo que pase con el mundo después de todo esto —los dragones y ahora los kryptis—, Tyria necesita a gente que alce la antorcha e ilumine el avance.

Pero volvamos a la guerra que nos ocupa: ahora me dirijo a Amnytas. Es hora de presenciar el sangriento frente con mis propios ojos. Isgarren sigue desaparecido y, tras escuchar el lúgubre mensaje de Mabon, me da la sensación de que lo peor está por llegar.

Y, oye, Dagda no me ha lanzado por la ventana después de que me hayan concedido mi título. Supongo que ya no cree que sea un asesino de dragones sediento de sangre.

Mi historia