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"El mago loco", de Snargle Garradorada

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"El mago loco", de Snargle Garradorada

"El mago loco", de Snargle Garradorada es un libro de Snargle Garradorada localizado debajo de una cama en las Dependencias de Isgarren en la torre del brujo.

Location[editar]

Cuerno de Maguuma

Texto[editar]

"El mago loco", de Snargle Garradorada

Capítulo 3

La torre se erguía alta y orgullosa, como había hecho durante generaciones, sobre las plácidas aguas que lamían con su suave oleaje los florecientes muelles de Gurrenhoof. Serena, una joven de generosos pechos con una espesa melena castaña, alzaba su anhelante mirada a la estructura e imaginaba una vez más su vida entre las nubes. Desde que era una niña creciendo en la diminuta aldea costera a la que llamaba hogar, sus sueños y pensamientos siempre habían convergido hacia la torre del brujo, llamada así por los líderes de aquella población, pasados y presentes, debido a la vigilante y fuerte presencia de Angurren, el legendario hechicero de la torre.

Serene suspiro, imaginando la figura del brujo tal y como siempre había pensado que seria en su mente. Según los rumores, nadie había visto nunca a Angurren. Había quienes aseguraban que era humano, otros, que era de una especie desconocida para todos en Tyria. Serena se había hecho una imagen mental de él con unos brazos fornidos contorneados por fuertes y fibrosos músculos. Imaginaba esos brazos envolviéndola, protegiendola del mismo modo en que la torre de Angurren protegía su pueblo. Respiró el aire marino, sintió la cálida brisa en sus mejillas y se convenció de que eran caricias de Angurren.

"Algún día", murmuró suavemente para sí. "Algún día conoceré el abrazo de esos brazos".

Lo que ella no sospechaba es que sus palabras por suaves que fueran, la transportaba suavemente la brisa, jugando entre las nubes que rodeaban la torre hasta que, finalmente, se arremolinaban junto a los sensibles oídos de Angurren. Al oír la trémula cadencia de la dulce vos de Serena, el marchito corazón del brujo se aceleró.

Aquella noche, mientras Serene yacía en su cama jugueteando con un mechón de su pelo y soñando despierta con Angurren, una sombra cruzó la luna delante de su ventana. Serena se asusto e incorporó, tirando de las sábanas para cubrir su desnudez antes de darse cuenta de que la figura que flotaba en el exterior de su chamizo no era sino la entidad que había evocado en su mente hacía escasos instantes: ¡Angurren!

Angurren se acercó deslizándose por el aire, con tentáculos de suave magia azul precediéndole en la estancia y adentrándose por el marco de la ventana como indiscretas sierpes. Lamieron tiernamente sus tobillos desnudos, colándose por debajo de la sábana y provocando que escalofríos de placer recorrieran sus piernas, estremeciéndola.

"Espero que no te importe mi súbita... visita", dijo Angurren. Su voz resonó por toda la estancia e invadió cada poro de su piel, haciéndola temblar.

"Eres... el brujo", se escuchó tartamudear incómodamente, mientras sus nervios le arrebataron cualquier atisbo de pensamiento racional.

Angurren, aparentemente impertérrito, se acercó flotando aún más a su ventana. Sus ojos rojos resplandecían cálidamente en la oscuridad, y Serena sintió cómo sus brazos se quedaban sin fuerzas y se desplomaban junto a sus costados... dejando caer la sábana, que se deslizó hasta descubrir su torso. Finalmente sonrío, reuniendo coraje mientras se levantaba de la cama.

"Siempre he querido aprender... magia".