Diario ribeteado en oro, página 1
Pensaba que mi creatividad se había apagado y echado a perder tras una intensa época de baja autoestima; el pulso me temblaba al sostener la pluma sobre el papel cada vez que trataba de sobreponerme a la nube que ensombrecía mi visión. "¿Dónde estás?", me decía, tratando de apelar a mi propio ser. Un joven Garradorada espera de pie en el muelle. Y yo, su musa -un establecido escritor de un talento absolutamente magnífico-, floto en la dirección opuesta sobre un borrador a la deriva. Contemplo como mi esperanzadora y joven aura se disipa en la bruma...
Kippo ha rechazado mi último manuscrito, "La Alquimia Eterna de mi corazón" y, en su lugar, me ha propuesto que escriba una secuela de "Promesa al destino".
¿Tanto ha decaído el mundo? ¿Mi nueva obra no es suficientemente apasionante? Sé que aún está verde, pero... no puedo seguir dándole vueltas o nunca volveré a escribir.
He informado a Kippo de que me tomo un descanso de escribir. Yo, mi persona, mis pensamientos y un buen acopio de papel y carne ahumada emprenderemos nuestro viaje en Linde de la Divinidad y marcharemos rumbo al norte.
—Snargle Garradorada
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