Irja
Irja
Irja es una Kryptis amigable que acompaña brevemente al Hallacaminos y Peitha en el Zona interior de Nayos. Está fascinada e intimidada al mismo tiempo por los tyrianos que han entrado en Nayos.
Biografía[editar]
Irja nació como Kryptis en Nayos, pero decidió no alinearse con los leales al Rey de Medianoche Eparch debido a su reinado de terror y al duro trato que recibían sus compañeros Kryptis. Temiendo por su vida, se quedó en las afueras de la Zona interior de Nayos y trató de evitar a los leales para no ser consumida.
En el año 1336 d.É., Irja escuchó rumores de que Lady de los Kryptis, Peitha, estaba reuniendo a sus compañero los Kryptis para rebelarse contra el gobierno de Eparch, pero no sabía cuán confiables eran esos rumores. Finalmente, el Hallacaminos se acercó a ella y a Ramsés, el lugarteniente de Peitha, le había dirigido a su localización. Inicialmente preocupada por las intenciones del Hallacaminos, Irja se dio cuenta de que el Hallacaminos no podría haber sido uno de los aliados de Eparch porque estaban demasiado "maduros". Se sorprendió de que el Hallacaminos no sólo no le tuviera miedo, sino que le ofreciera un santuario en un campamento cercano que actuaba como escenario de la rebelión conjunta de Peitha y al Resguardo Astral.
Sin embargo, al entrar al campamento, Irja se sintió abrumada e intimidada por la presencia de todos los tyrianos no kryptis allí a pesar de que Ramsés la consoló diciéndole que todos estaban luchando por la misma causa. Irja admitió al Hallacaminos que había soñado con Tyria antes de que Eparch le quitara los sueños a los Kryptis, y todavía recordaba los colores, olores y agua de esos sueños. Ramsés sugirió que Irja se quedara y escuchara las historias de los tyrianos.
Sin embargo, cuando el Hallacaminos y Ramsés asistieron a una reunión estratégica con Peitha y la comandante del Resguardo Astral, Arina, Irja aprovechó la distracción para salir del campamento y procesar la información que había recibido. Mientras estaba en el desierto, fue capturada y llevada ante Heitor, el primo de Peitha que estaba al mando de las fuerzas leales para aplastar la incipiente rebelión. Queriendo dar un ejemplo de Irja a los rebeldes y saciar su propia sed de sangre después de la muerte de su compañero Cerus a manos de Peitha y el Hallacaminos, Heitor torturó a Irja mientras esperaba que Peitha rompiera sus defensas para que los primos pudieran tener una conversación largamente esperada. Una vez que el Hallacaminos, Peitha, Ramsés y Arina llegaron a Heitor, la general Kryptis demostró su brutalidad consumiendo la esencia de Irja frente a ellos y declarando su lealtad a Eparch.
La muerte de Irja motivó al grupo a luchar duro y finalmente derrotar a Heitor. Su destino despejó cualquier duda persistente que el Hallacaminos pudiera haber tenido sobre la causa de Peitha y la necesidad de derrocar el cruel régimen de Eparch que hizo que los Kryptis se enfrentara entre sí por miedo al Rey de Medianoche.
