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Puerta de Heitor

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Disambig icon.pngEste es un artículo acerca de el capítulo de historia. Para el punto de interés, véase Puerta de Heitor (punto de interés).

Puerta de Heitor

Año
1336 d.É
Argumento
Secrets of the Obscure
Capítulo
Puerta de Heitor
Localización
Dominio de Heitor
(Zona interior de Nayos)
Nivel
80
Precedido por
Los supervivientes
Seguido por
El Consejo de Guerra
API
701

Puerta de Heitor pantalla de carga.jpg

Pantalla de carga.

La Puerta de Heitor es el decimotercer capítulo de la historia de Secrets of the Obscure.

Objetivos[editar]

Recompensas[editar]

Guía[editar]

PNJs[editar]

Objetos[editar]

Diálogos[editar]

Mi historia[editar]

Puerta de Heitor pantalla de carga.jpg

Cuando Peitha, Arina, Ramses y yo nos reunimos para hablar del ataque a la Puerta de Heitor, Ramses transmitió las nuevas de que, a pesar de nuestros esfuerzos anteriores, Irja había desaparecido del campamento. Seguramente asustada de nosotros, tyrianos, huyó de nuevo a la espesura.

Nada más salir de la grotesca fortaleza, nos recibió el implacable embate de las fuerzas de Heitor. Tras la derrota de estas, Arina se veía con ganas de avanzar y plantar cara a Heitor por sí misma, pero nuestros aliados kryptis permanecieron unos instantes mientras Ramses ofrecía una oración por los caídos.

Dentro de la fortaleza, nos aproximamos a los aposentos de Heitor, donde una voz familiar gritaba de dolor. Irja no había huido: había caído prisionera. Irrumpiendo en la estancia, por fin nos vimos cara a cara con nuestro enemigo. Peitha intercambió comentarios hirientes con Heitor mientras Irja observaba, cautiva e inmovilizada por el miedo.

Nos lanzamos a atacar. Al principio, parecía que Heitor iba a sucumbir enseguida. De repente, consumió a Irja, absorbiendo su esencia mientras ella se revolvía y gritaba agonizando. Ramses profirió un grito de horror y Peitha gruñó de rabia. No habría un desenlace pacífico y, de pronto, la ambición de Peitha resultó clara y justa.

Heitor, desatada, se aferró desesperadamente a su alianza con Eparch hasta su poco ceremoniosa muerte.

Peitha se alejó furiosa y frustrada, pidiéndonos que buscáramos supervivientes, pero solo hallamos cadáveres. Cuando volví a unirme a Peitha en el exterior, acordamos reagruparnos cuando fuera el momento adecuado para adentrarnos más en la zona interior de Nayos. Los rumores de lo que podía aguardarnos allí eran inquietantes: fanáticos, leales, inocentes aprisionaos, generales despiadados... Pero cada vez está más claro que Peitha lucha por el bien de su gente contra un reino tirano y cada vez más traicionero.

Mi historia