Como el hijo de la garra decidió eludir su deber como guía turístico, Malice, Caithe y yo resolvimos familiarizarnos con la Guarida de la Cosecha por nuestra cuenta. Es un lugar pintoresco. Cualquiera podría olvidar con facilidad que se halla en las traicioneras tierras de Janthir. Pese a nuestra abrupta llegada, los lugareños nos han recibido con mucha amabilidad, aunque bajo su calidez se adivine una comprensible cautela.
Estando por aquí he practicado con la lanza y entrenado con las garrabélicas locales, o "criaturas errantes", como las llaman aquí. Ambas son pilares de la cultura de las tierras bajas, y espero que mi participación se vea como un gesto de buena voluntad. Desde que son críos, la gente de las tierras bajas entrena estas dos disciplinas y terminan por forjar un fuerte vínculo con ambas. Sabia estrategia para sobrevivir en esta dura tundra.
Una estrategia que los de las tierras bajas parecen más reacios a utilizar es la magia. Dejando a un lado su uso de algunas hierbas y otras prácticas basadas en la naturaleza, no se sienten muy cómodos con la magia. Todo lo contrario que el enfoque del Resguardo Astral. Eso sí, algunos locales se muestran receptivos a los esfuerzos del Resguardo e intentan incorporar la magia en sus labores diarias. O, al menos, los kodan son los suficientemente pacientes como para satisfacer los caprichos del Resguardo.
Caithe y Malice también han estado ocupadas. Para ser una antigua rebelde, a Caithe se le da muy bien conectar con la gente. Los lugareños parecen encantados con ella, y es recíproco. Este viaje parece estar dándole cierta vitalidad. Malice, siempre diligente, se puso de inmediato a recopilar información; es decir, a espiar a nuestros anfitriones. Hemos oído rumores de "forasteros" que dan problemas a los lugareños. Ofrecer nuestra ayuda a la gente de las tierras bajas podría ser lo que nos hiciera ganar su confianza y afianzar las relaciones diplomáticas, pero, para ello, necesitaremos más información sobre estos "forasteros" y su paradero. Por suerte, contamos con la gente adecuada para conseguirlo.
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De camino a reagruparme con Aliso Estoico, Frode solicitó que me detuviera para discutir brevemente los hallazgos. En el Resguardo Astral se han enterado de la existencia de los misteriosos "forasteros", aunque apenas conocen detalles. Igualmente, la búsqueda de Tristeza Latente continúa en sus etapas preliminares. Aparte de las afirmaciones de Isgarren y algunas palabras de Dagda respecto a su desaparición, tenemos poco con lo que arrancar. Hasta ahora, quien más se ajusta al (ciertamente incompleto) perfil de Tristeza Latente es la maestra lancera Valle Espinado. Es fuerte y parece bastante perspicaz. Sin embargo, eso no constituye prueba alguna, por lo que estaré al tanto de posibles pistas mientras Frode sigue con su cometido.
Antes de irme, hablé con Vanak, que me informó de algunos avistamientos de fisuras. Afronté el asunto con el Corazón de lo Oscuro. Sin embargo, los enemigos que manaban de las fisuras eran algo que jamás había visto, y desde luego no eran kryptis. Informé a Vanak, y mi hallazgo pareció desconcertarle. Una cosa es segura: la fama de Janthir respecto a sus oscuros peligros está más que justificada.