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Tristeza entre estas paredes

De Guild Wars 2 Wiki
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Tristeza entre estas paredes

Año
1337 d.É
Argumento
Janthir Wilds
Capítulo
Tristeza entre estas paredes
Localización
Janthir Syntri
(Janthir)
Nivel
80
Precedido por
Contra el muro
Seguido por
Prueba y error
API
724

Tristeza entre estas paredes es el décimo capítulo de la historia de Janthir Wilds.

Objetivos[editar]

Recompensas[editar]

Guía[editar]

PNJs[editar]

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Mi historia[editar]

La torre del brujo pantalla de carga.jpg

Tras el combate, me reuní con mis aliados de nuevo en la Guarida de la Cosecha. Con todo lo que hemos investigado, con todo lo que hemos luchado..., nada ha muerto. Aunque se hubiera desplomado una aeronave, el ambiente sería igual de circunspecto, tal es el ánimo reinante. Caithe ya había informado a Dagonet y a la Alianza, y Pincho estaba a puntito de tirar abajo una pared de pura frustración mientras intentaba templar los ánimos. Todos estamos decepcionados, pero vivos.

También me sorprendió ver allí a Tristeza Latente. Aliso Estoico explicó que Aurora Apagada había reaparecido misteriosamente; una pequeña bendición en un amargo día. La identidad de Tristeza no corría peligro, al menos por ahora. Por el bien de la claridad mental de los kodan en tiempos difíciles, reservar semejante revelación hasta un momento más tranquilo se antoja fundamental. Puede que enterarse de que la afable curandera de las Picosescalofriantes es una bruja ancestral no sea justo el descubrimiento existencial que necesitan... y Aliso y Pincho ni siquiera saben aún la parte de la "Voz desaparecida", además.

Mientras todo el mundo reflexionaba sobre la batalla, Tristeza Latente me pidió que la acompañara de vuelta a la torre del brujo. Con tamaña incertidumbre acechando en el horizonte, seguir escondiéndose de Isgarren solo complicaría las cosas. Al mostrarme conforme, abrió un portal para que lo cruzáramos ambos.

***

Cuando llegamos y nos envolvió aquel aire fresco y vigorizante de la torre del brujo, le pregunté cómo había conseguido superar las defensas de Isgarren. La cosa es que, según me contó, eran obra de ella misma. Tristeza Latente no es una amenaza para la torre del brujo.

Antes de entrar en la sala de mando donde Isgarren aguardaba, Tristeza me dio las gracias por no hablarles a Aliso Estoico y a Pincho de su historia más oscura. Simplemente siento que no me corresponde a mí contarla, aunque ella tendrá que hacerlo pronto. Entre Flecha Serena, Aliso Estoico e Isgarren..., no envidio su situación y puedo empatizar.

Cuando entré a la sala de mando, me sorprendió ver a Anise totalmente integrada, analizando información junto con Isgarren y Dagda. A lo largo de cada paso de este viaje, me he sorprendido y me he visto en la tesitura de aceptar la participación de la condesa en el Tribunal de los Brujos. Si alguien sabía de la existencia de esta institución antes que el resto del mundo, era ella. Cuando Isgarren me miró para pedirme nuevas del asunto de Tristeza, me hice el tonto, sabiendo perfectamente que su objetivo estaba a punto de cruzar esa puerta... Y entonces lo hizo.

Dagda se quedó de piedra viendo a Tristeza avanzar por la sala de mando. En lugar de lanzarse a por ella, lo que hubiera sido un combate digno de contemplarse, Isgarren se volvió hacia mí. Tristeza, expuesta y vulnerable, no suponía una amenaza para él, pero Isgarren ya quería buscar culpables. Dejé que montara en cólera. Yo era quien la había traído de vuelta, después de todo, y sin molestarme en usar cadenas ni grilletes. El resto era entre ellos dos.

Por suerte, Dagda acudió en defensa de su amiga, interponiéndose defensivamente. Tristeza había regresado y no iba a permitir que la estancia se convirtiese de pronto en un polvorín.

Cuando Isgarren se calmó lo suficiente como para mantener una conversación madura, Tristeza rebajó su tono. Le preguntó a Isgarren si Mabon había muerto y, aunque nuestro ancestral camarada aún trataba de sobreponerse al sentimiento de culpa acumulado, Tristeza dijo que lo había "sentido". Sus palabras tuvieron peso, aunque confiese que ni tan siquiera yo sabía lo que ese peso significaba. Isgarren recogió ese guante, metafóricamente hablando, y le pidió a Dagda que nos hiciese salir de la sala a la condesa y a mí, sin mediar ni una palabra más.

Titanes... Una bruja desaparecida que reaparece. La memoria de Mabon, de pronto bajo sospecha. ¿Qué está pasando aquí?

Mi historia