Tras recibir una carta urgente del intendente Gixx, me dirigí a la biblioteca del Priorato con Caithe y Malice para investigar la desaparición de su principal investigadora de los titanes, Farrah Belabusca.
La archivera Sestina, ayudante de investigación de Farrah, acudió a nuestro encuentro. Sestina nos explicó que, justo antes de su desaparición, Farrah había estado enfrascada en su investigación hasta un punto obsesivo. Tras hojear su trabajo y los diarios personales de Farrah, descubrimos una pista que sugería que había partido rumbo a los baños sulfurosos al pie del Monte Balrior, en Janthir Syntri. En sus notas, indicaba que planeaba realizar una investigación personal sobre los titanes y su posible relación con las Mareas de Niebla. Un proyecto peligroso, dada la reputación de la isla.
La propia Sestina no parecía muy contenta con los planes recién descubiertos de Farrah y nos pidió que la rescatáramos de las islas. Aunque el entusiasmo de Farrah por encontrar un punto débil aprovechable de los titanes sea encomiable, su temeridad desde luego que no lo es. Esperemos localizarla antes que los titanes.
Al llegar a los baños sulfurosos de Janthir Syntri, me encontré con Caithe, Malice y otro rostro conocido: Flecha Serena. Parecía de mejor ánimo que cuando nos separamos tras nuestro último roce con los titanes; su productivo entusiasmo seguía tan inquebrantable como siempre.
Fuimos al grano en lo que a nuestra búsqueda de Farrah respecta y seguimos literalmente un rastro de papeles de su investigación. Aunque dicho rastro nos condujo al corazón del territorio de la prole del titán, nuestro recuperado grupo afrontó la emboscada sin demasiado problema. El enfrentamiento también nos permitió observar de cerca a la prole del titán y las características de géiser que compartían con Ura. Tras abrirnos paso luchando entre los géiseres, escuchamos un grito y nos apresuramos a avanzar, temiendo encontrar a Farrah en peligro. Y, efectivamente, dimos con ella, acorralada por varios ejemplares de prole del titán de Ura. O eso parecía... Nos empleamos a fondo en hacer huir a la prole del titán y corrimos a ver cómo se encontraba Farrah, que no parecía tan agradecida por nuestra intervención como cabría esperar. Al parecer, había estado estudiando a la prole del titán en cuestión y lo que habíamos logrado era... destruir los especímenes que tenía en observación. Un error, desde luego. Pero la intención era buena, dadas las circunstancias.
Pese a hacernos partícipes de su frustración, Farrah aprovechó nuestra proeza en combate para poner a prueba una teoría. Creía que los titanes habían estado aprovechando las Mareas de Niebla para potenciar su vitalidad. Sospechaba que, cuando amainaban las tormentas, los titanes perdían su ventaja. Para demostrar la hipótesis, nos llevó hasta una prole del titán campeona que llevaba vigilando desde su llegada. Además, para nuestro alborozo, la prole del titán no guardaba parecido alguno con Greer ni Decima, lo que nos llevó a concluir que pertenecía a la propia Ura.
Para nuestro alivio, la hipótesis de Farrah resultó ser precisa; fue más sencillo derrotar a la prole del titán fuera de las Mareas de Niebla. Y, gracias a eso, establecimos un plan de acción: según el pronóstico meteorológico, las tormentas remitirán pasado mañana durante un breve intervalo de tiempo. Y será entonces cuando lancemos nuestro ataque contra Greer, Decima y Ura.
Con un plan de acción ideado, usé un portal para salir del Campamento Luna e informar al Resguardo Astral de nuestras intenciones. Pero, al llegar a la torre del brujo, descubrí que sus habitantes evitaban abiertamente la sala de mando. Mi confusión no tardó en disiparse cuando me aproximé a sus puertas cerradas y escuché una fuerte discusión amortiguada al otro lado. Llamé y no tardó en abrirme Dagda, que me animaba a entrar... para descubrir a Isgarren y Tristeza Latente en mitad de una acalorada disputa. Dagda, que ya no sabía ni qué hacer, me alentó a intervenir con la esperanza de distraer a los dos de su pelea. Informé a los presentes de nuestros descubrimientos gracias a la investigación de Farrah y anuncié nuestros planes para la batalla contra los titanes que se avecinaba. Isgarren se marchó a toda prisa para poner tales planes en conocimiento del Resguardo, mientras que Tristeza Latente se mostró partidaria de volver a la Guarida de la Cosecha para ayudar a sus osunos con los preparativos. Decidida a participar, Dagda insistió en unirse a su amiga y antigua mentora en la aldea.
Aunque la batalla que nos aguarda es un grave cometido, creo que unirnos para alcanzar un objetivo común será positivo para reforjar los lazos rotos entre Isgarren y Tristeza Latente. Pero quizá me esté dejando llevar por el optimismo...