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Hogar, dulce hogar

De Guild Wars 2 Wiki
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Hogar, dulce hogar

Año
1337 d.É
Argumento
Janthir Wilds
Capítulo
Hogar, dulce hogar
Localización
Costas Bajas
(Janthir)
Nivel
80
Precedido por
Diplomacia y descubrimiento
Seguido por
Desaparición en plena acción
API
721

Hogar, dulce hogar es el tercer capítulo de la historia de Janthir Wilds.

Objetivos[editar]

Recompensas[editar]

Guía[editar]

Logros[editar]

Este logro recompensa con objetos. Hogar, dulce hogar Janthir Wilds: Acto 1 Janthir Wilds punto de dominioArenanet Points.png
Establece un hogar.Diario: Hogar, dulce hogar
Recompensas:
  • Rango
1: Alijo de monedas talladas de pino de las tierras bajas.png Alijo grande de monedas talladas de pino de las tierras bajas
  • Rango
1: Cofre de material de iniciación para heredad.png Cofre de material de iniciación para heredad
1 objetivo completado Arenanet Points.png
  • Completa la misión de historia.
Escrito por Pincho Janthir Wilds: Acto 1 Arenanet Points.png
Lee la historia que Flecha Serena escribió de cachorro.Diario: Hogar, dulce hogar 1 objetivo completado Arenanet Points.png
  • Durante la primera renovación básica de la heredad, encuentra unas escaleras que bajan hacia el sótano, debajo de las que van al segundo nivel. En él, busca y lee el libro ""La cabaña que huyó", de Flecha Serena (alias Pincho)". Si has progresado este paso de la historia, este logro no estará disponible a través de la función de repetición para logros, ya que la heredad estará reparada, por lo que deberás repetir el paso de la historia.
Recabando información Janthir Wilds: Acto 1 Arenanet Points.png
Escucha la información recabada por Caithe y Malice en la Guarida de la Cosecha.Diario: Hogar, dulce hogar 1 objetivo completado Arenanet Points.png
  • Después de que aparezca Aurora Apagada pero antes de abandonar la instancia final, habla con Caithe y Malice afuera antes de salir de la instancia y finalizar completamente la misión.
No se puede hablar con Malice Hojasombra y Caithe mientras Aurora Apagada esté hablando.
Amabilidad correspondida Janthir Wilds: Acto 1 Arenanet Points.png
Llévales sidra de aguamiel silvestre a Lahar Hábil y a Sauce Paciente a modo de regalo por su ayuda convirtiendo una casa en un hogar.Diario: Hogar, dulce hogar 1 objetivo completado Arenanet Points.png

PNJs[editar]

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Mi historia[editar]

Hogar, dulce hogar pantalla de carga.jpg

Tras pasar un tiempo en la Guarida de la Cosecha, Aliso Estoico me invitó al norte para visitar su antigua heredad. Al principio, me sorprendió el desastroso estado de su propiedad. Sin embargo, el motivo pronto se hizo dolorosamente claro. Había sido antaño el hogar familiar de la garra, dejado en manos del abandono tras la muerte de Dique Sedoso, compañera de vida de Aliso y madre de Pincho. Dique se unió a la iniciativa en el norte para contener el alzamiento de Jormag, lance que acabó trágicamente con la vida de esta.

Aunque no hace tanto que conozco a la garra y a su hijo, es difícil no dejarse conmover por su pérdida. No es que tenga mucha experiencia en asuntos del corazón, pero sé que una ausencia de ese calibre nunca puede olvidarse. Y con respecto a Flecha Serena, fue una desgracia a una edad muy delicada. Admito que, a pesar de sus excentricidades, a menudo cargantes, y su apática actitud respecto a la responsabilidad, Flecha Serena es increíblemente fuerte. La vida ya le ha robado mucho. Con todo, ha mantenido la cabeza bien alta y arrojado luz sobre todos a su alrededor.

Me ocupé de poner un poco al día la descuidada heredad para ayudar a aliviar la carga familiar. Aunque no esperaba nada a cambio, Aliso Estoico me recompensó con una generosidad que no había anticipado ni remotamente. ¡Me regaló la propia heredad! Reconozco que ese lugar fuera probablemente más una carga emocional que un bien inmobiliario para él, pero eso no resta ni un ápice de importancia a la grandeza del regalo. No puedo evitar plantearme si el gesto ha sido en parte diplomático. En cualquier caso..., ¡tengo mi propio hogar! Algo que nunca creí posible. De hecho, la idea de arraigar en un lugar apenas se me había pasado por la cabeza. Pero, tras años de aventuras, tener un lugar donde sentarme a relajarme suena bastante bien. Bueno, si tuviera donde sentarme, claro...

***

Siguiendo el consejo de Aliso Estoico, visité a Lahar Hábil, maestro de heredades local. La visita tuvo un comienzo... difícil. A Lahar no le hacía ninguna gracia que fuera yo, y no él, quien se encargará de arreglar la heredad de Aliso, dado que se trataba de un viejo amigo y que yo no era más que alguien de fuera. Aunque sospecho que Aliso lo prefería así precisamente por eso, por lo pesado de la tarea. Por suerte para mí, Lahar no tardó en bajar la guardia cuando demostré mi capacidad para trabajar duro. Gracias a esa confianza, me enseñó a construir mi primera pieza de mobiliario: una cama. ¡Algo de lo más útil, sin duda!

También me presentó a su pareja, Sauce Paciente, una tejedora habilidosísima. Ambos hacen una pareja de lo más interesante y sus conocimientos se complementan mutuamente. Sauce me enseñó a tejer un patrón tradicional para una colcha, y así poder adornar mi nueva cama. Por lo visto, el diseño de la colcha representa "nuevos comienzos". Un simbolismo de lo más adecuado, desde luego.

***

Regresé a la heredad de Alis... A mi heredad tras mi vista con Lahar Hábil y Sauce Paciente. Una vez conseguidas cama y manta, Aliso Estoico y Flecha Serena parecían impresionados con mi destreza manual. Aliso se sintió especialmente intrigado por el estampado elegido por Sauce, que parecía despertarle recuerdos. Sin embargo, no hubo tiempo de abandonarse a divagaciones mentales: Aurora Apagada se pasó. Andaba buscándome a petición de Valle Espinado. Según parece, me necesitaban en el puesto de caza. El porqué no me ha quedado muy claro, pero pronto partiré para allá con el fin de averiguarlo. Por ahora, les he dejado claro a Aliso y Pincho que siempre tendrán abiertas las puertas de mi nueva heredad. Con todo, creo que agradecerán un momento a solas para despedirse como es debido, aunque sea simbólicamente. Yo tengo mucho que hacer entretanto.

Mi historia