Rytlock contactó conmigo mientras estaba en misión diplomática con Efram para salvar a lo que quedaba de la Legión de la Llama en la Colina del Corazón de Fuego. Como era de esperar, del suelo surgieron destructores y amenazaron con matar a todo ser viviente a su paso. A Brimstone no le hacía ninguna gracia la Legión de la Llama: tras años de enfrentamiento con esa siniestra facción, los tenía por fanáticos irredimibles. Efram y yo no estábamos de acuerdo. Simplemente necesitaban un liderazgo fuerte que los apartara de tan equivocado modo de vida y los recuperara para la sociedad charr.
Rytlock accedió a regañadientes ayudarnos a combatir la invasión de los destructores. Si bien no le tenía ninguna simpatía a la Legión de la Llama, odiaba aún más a Primordus. Además, ¿cómo rechazar la oportunidad de ensartar siervos de los dragones en una espada llameante?
Nos dispusimos a salvar soldados y organizar defensas. En cuanto tuvimos controlado el campo de batalla ayudamos a Efram a reclutar efectivos.
El combate tuvo su punto culminante en el puente (qué fijación tienen los siervos de los dragones con los puentes), donde las fuerzas del hielo y del fuego colisionaron y amenazaban con abatirnos. Braham surgió de la nada para entrar en liza. Se había transformado en un campeón de dragón de Primordus, empeñado en su misión de destruir todo aquello que tuviera una mínima relación con Jormag. Tuvimos que echar mano de la creatividad a fin de crear una abertura para atacar a nuestro helado enemigo, procurando no hacer daño a Braham.
Salimos victoriosos, pero a duras penas. Braham escapó con vida. No me quedaba la menor duda de que volveríamos a enfrentarnos en el campo de batalla, y eso me infundía temor. ¿Nos recordaría? ¿Intentaría matarnos? ¿Sucumbiría a Primordus mientras tanto? Todas las posibilidades parecían funestas.
Luego deliberamos con Efram, quien nos habló de sus planes de unificación. No sé si podrá convencer a los miembros más radicales de la Legión de la Llama. Los hábitos no se olvidan así como así, y puede que estén más allá de toda salvación. Pero si lograra seducir a la mayoría de ellos, el futuro de los charr parece prometedor.