He estado rehuyendo todo tipo de acción en un intento por recuperarme (física y mentalmente) de... todo. Ha sido difícil hacerme a la idea de que el ciclo de los dragones ha acabado. Años de guerra que, por fin, han tocado a fin... Tenía demasiado cansancio acumulado para pensar en todo ello con claridad, incluso para celebrarlo debidamente desde que vi a todo el mundo en la fiesta de compromiso de Kas y Jory. A lo mejor es porque el final del ciclo no significa que no queden muchos problemas por resolver y batallas que librar, como, por poner un solo ejemplo de los muchos de esta región, los menguantes recursos energéticos de Cantha. Y no hablemos de los numerosos conflictos que siguen activos en Tyria Central y Elona.
Necesitaba dejar de pensar en todo eso. Recargar las pilas. Así que, a pesar de mi total agotamiento, acepté una invitación a una fiesta en la Casa de Té del Pato Rojo que celebra el detective Rama, recientemente jubilado.
Gorrik y yo acabamos siendo los únicos invitados de Rama. Toda esa comida para tres personas... ¡Y Rama ni siquiera come sushi!
Charlamos un poco, aunque Rama estaba preocupado y no le quitaba ojo a la puerta esperando que llegara un invitado importante, al parecer. Gorrik estaba degustando un bocado de sushi cuando Taimi llamó con información intrigante.
Yao, protegide de Joon, había develado que la Hermandad de Jade había descubierto una variedad de jade muy energética durante sus operaciones mineras en Hondonada de Gyala, en el Mar de Jade. Y el líder de la Hermandad, Park Chul-Moo, había informado supuestamente a Yao de que habían desaparecido unos cuantos mineros, mientras que otros mostraban un comportamiento extrañamente agresivo.
En cuanto escuchó lo de las personas desaparecidas y los sucesos extraños, Gorrik pasó emocionado a la ofensiva, desestimando una tras otra de las enclenques excusas de Rama; ¡este sería el primer caso de la Agencia de Detectives de los Amigos! El papeleo ya estaba hecho, pese al infame nombre, y Gorrik estaba decidido a convertir aquel proyecto en ciernes en una operación a lo grande.
Antes de poder darnos ni cuenta, la fiesta de Rama (y su jubilación) ya eran historia e íbamos de camino a investigar los trabajos mineros de la Hermandad de Jade en Hondonada de Gyala.