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No se puede confiar en los piratas

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No se puede confiar en los piratas

Año
1335 d.É / 1845 CC
Argumento
End of Dragons
Capítulo
No se puede confiar en los piratas
Localización
Zen Daijun
(Provincia de Seitung)
Nivel
80
Precedido por
Os van a encantar
Seguido por
La ruta panorámica

No se puede confiar en los piratas es el cuarto episodio de la historia de End of Dragons.

Objetivos[editar]

Recompensas[editar]

Repitiendo el capítulo de historia

Guía[editar]

Logros[editar]

Este logro recompensa con objetos. No se puede confiar en los piratas End of Dragons: Acto 1 End of Dragons punto de dominioArenanet Points.png
Enfréntate a una leyenda.Diario: "No se puede confiar en los piratas" completado
Recompensa: Alijo de monedas del Cráneo Carmesí.png Alijo de monedas del Cráneo Carmesí
1 objetivo completado Arenanet Points.png
  • Completa el paso de la historia
La prudencia nunca es excesiva End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Escanea a un amigo para asegurarte de que no esconde nada. 1 objetivo completado Arenanet Points.png
Indicador identificado End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Halla el indicador en la cueva de los Filoetéreos. 1 objetivo completado Arenanet Points.png
Combo sin compañía End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Supera los obstáculos sin pedir ayuda. 1 objetivo completado Arenanet Points.png
Fecha de registro 1331 End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Halla el dispositivo de grabación abandonado. 1 objetivo completado Arenanet Points.png
Arrojo End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Derrota al jefe del capítulo sin caer abatido. 1 objetivo completado Arenanet Points.png
Intervención End of Dragons: Acto 1 Arenanet Points.png
Acaba con la jefa del capítulo en el tiempo asignado. 1 objetivo completado Arenanet Points.png

PNJs[editar]

Asura
Humanos

Enemigos[editar]

Draga

Objetos[editar]

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Mi historia[editar]

Misión de ataque- Escondite Filoetéreo pantalla de carga.jpg

Me reuní con Gorrik y Marjory en Zen Daijun. Los dos habían captado frecuencias ultrasónicas extrañas que emanaban de la zona y estaban investigándolas con la sospecha de que podrían estar relacionadas de algún modo con los Filoetéreos. Y la sospecha resultó ser cierta: ¡en la cueva se ocultaba una entrada secreta a un escondite filoetéreo! Me puse en contacto con Taimi para notificarle nuestros descubrimientos; y Joon, que estaba escuchando, se puso en camino hacia nuestra ubicación de inmediato, porque se moría de ganas de llevar a Mai Trin por fin ante la justicia. La verdad, no la culpo...

Exploramos la guarida y nos encontramos a Iván, que seguía siendo leal a Mai Trin y se negó a revelarnos su paradero. Insistió en que las cosas no eran como parecían y nos rogó que no le hiciésemos daño a Mai Trin. Tras un breve rifirrafe, conseguimos reducirlo.

Al final, acabamos topándonos con Mai Trin... aunque más bien era ella la que iba topándose con todo, borracha como una cuba. Luego llegaron Joon y Kasmeer e intentamos sonsacarle los planes a la capitana, pero no estuvimos hablando mucho tiempo: para nuestro asombro, Mai Trin empezó a canalizar el poder de la Niebla, ¡como si fuese una retornada! Y lo peor fue que recurrió al poder de nuestra antigua enemiga... ¡Scarlet Briar!

Como era de esperar, el eco de Scarlet era demasiado fuerte (y desquiciado) para Mai Trin, así que echó a correr como una loca... y nos metió de cabeza en un enfrentamiento a la desesperada del que apenas conseguimos salir con vida.

Con el eco de Scarlet de nuevo bajo control, capturamos a Mai Trin y le confiscamos las armas. Seguía abrumada por las voces de la Niebla y tenía problemas para acallarlas, así que Kasmeer sugirió atenuarle el sentido de la vista para ayudarla a concentrarse... más o menos como hacía Rytlock. Tras prepararle una venda improvisada, le exigimos a Mai Trin que nos revelase las órdenes que les había dado a los Filoetéreos. Y no solo confesó que planeaban atacar una instalación de procesamiento de jade, sino también que ella ya no estaba al mando: al parecer, Ankka había incitado a un motín y se había llevado todas sus naves y tripulantes.

Volvimos atrás y desatamos a Iván, y a Mai Trin le sorprendió de verdad que no la hubiese abandonado. Iván sugirió que localizásemos a Ankka empleando los transpondedores de las naves; y era buena idea pero, por desgracia, Renyak había dañado los transpondedores, por lo que los datos de rastreo eran imprecisos y tan solo pudimos sacar en claro que teníamos que dirigirnos a Nueva Kaineng. No era mucho con lo que trabajar, pero era algo. Mai Trin se ofreció a ayudarnos en la persecución (quizá porque se sentía culpable) y aceptamos a regañadientes, aunque a Joon no parecía hacerle demasiada gracia la idea. Antes de partir hacia Nueva Kaineng, decidimos que primero debería sacarme un permiso en el Ministerio de Tránsito... para que no me arrestasen por contravenir la legislación relativa a viajes.

Mi historia