De camino a la mansión de Joon, volví de forma inesperada a la mente de Soo-Won y tuvimos una breve conversación en la que me insistió en que, cuando llegase el momento, tendríamos que matarla; pero, entonces, todo cambió: su mente se llenó de monstruos y empezó a hablar con la voz del Vacío, que me advirtió de que era inevitable... justo antes de que sus siervos me atacasen. Por suerte, Caithe y Aurene acudieron en mi ayuda y consiguieron mantener el Vacío a raya el tiempo suficiente para que yo huyese, aunque me vi obligado a dejarlas atrás.
Más vale que la reunión salga como esperamos, porque los días pasan y, sin Joon, no podremos reconstruir el extractor a tiempo.
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Me reuní con Kasmeer junto a la mansión de Joon y, luego, Taimi nos dejó entrar... en contra de los deseos de Joon, tal y como descubriríamos enseguida. Tan pronto pasamos, Joon apareció en un piso superior, pero no para negociar, sino para echarnos. Aún nos culpaba de los sucedido en el reactor y se negaba a creer que planeásemos algo que no fuese a causar aún más daño a la obra más importante de su vida. Tras una breve conversación, se marchó y activó la seguridad de la mansión.
Registramos la mansión en busca de alguna forma de desactivar la seguridad y, también, averiguamos más sobre ella: de su origen humilde a sus muchos galardones, pasando por su papel como madre. Fuimos formándonos una imagen de Joon y esperamos que, al comprenderla mejor, sabremos qué decir para convencerla de que vuelva a ponerse de nuestra parte.
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Armados con esta nueva información sobre Joon, avanzamos hacia el taller para acceder por fin a la zona más privada.
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Cuando llegamos al laboratorio de Joon, acababa de enterarse del arresto del ministro Li y su implicación general en los sucesos recientes; lo que, combinado con la pieza del extractor de Ankka, bastó para convencerla de que no teníamos nada que ver con la fusión del reactor. Esperábamos que fuese suficiente y pudiésemos seguir avanzando.
Pero, llegado el momento de debatir soluciones, se negó a aceptar cualquier curso de acción que no implicase la vuelta de Soo-Won al reactor, por temor a las consecuencias que la falta de energía de jade tendría en Cantha, y eso supuso un nuevo encontronazo. Por suerte, Taimi consiguió ponerse en contacto con ella y le aseguró que comprendíamos lo que su obra significaba para Cantha y que teníamos tanto la voluntad como la capacidad de encontrar una solución juntos. Joon acabó cediendo y Taimi y ella se pusieron a trabajar de inmediato en la fabricación de los extractores.