Desde los cielos
Desde los cielos
- Año
- 1325 d.É
- Argumento
- Historia personal
- Capítulo
- La forja de una leyenda
- Localización
- Ascenso de Hangrammr
(Colinas del Caminante)
El Gran Albergue
(Hoelbrak) - Nivel
- 10
- Raza
- Norn
- Elección
- Derrotar a nuestros enemigos ancestrales
- Precedido por
- Ecos del pasado
- Seguido por
- El último de los reyes gigantes
- API
- 160
Desde los cielos es parte de la historia personal para los personajes norn que han escogido "Derrotar a nuestros enemigos ancestrales" en la creación de personaje, han completado Ecos del pasado y han decidido mejorar el arma de Beigarth.
Objectivos[editar]
Derrota a Cortavientos.
- Habla con Eir en la Cumbre de Garerta.
- Derrota a las criaturas frenéticas.
- Derrota a Cortavientos.
Devuélvele el hacha a Beigarth.
- Habla con Beigarth.
Guía[editar]
Cuando llegues y cruces el puente, encontrarás un gran grupo de criaturas luchando entre ellas. Es posible esperar a que mengüen en número antes de unirte a la acción. Tras derrotar el primer grupo de animales, habrá una segunda oleada antes de luchar contra el jefe.
El grifo aparece con otros dos grifos menores. Acaba con los pequeños primero, el lobo puede hacer de tanque contra el jefe de mientras. Vigila con sus ataques aéreos, ya que el de descenso hace bastante daño y te puede dejar incapacitado por 3 segundos, incapaz de defenderte o seguir atacando.
Si eres derrotado, reaparecerás al principio, antes del puente. Mientras Eir siga con vida, puedes continuar la lucha contra el jefe donde lo dejaste.
PNJs[editar]
Aliados[editar]
Enemigos[editar]
- Canino
Diálogo[editar]
Ascenso de Hangrammr[editar]
Cinemática en acercarte a Eir:
- Eir Stegalkin: Cortavientos está cazando y su frenesí salvaje está revolviendo todo en la región. ¿Podrás enfrentarte a eso?
- <Nombre del personaje>: ¿Es tan temible Cortavientos?
- Eir Stegalkin: Sí. Los animales están tan asustados que arremeten contra todos. No podremos concentrarnos en Cortavientos si están tan agitados.
- Eir Stegalkin: Te sugiero que primero elimines rápidamente a estas bestias menores y reserves tus fuerzas para Cortavientos.
- <Nombre del personaje>: Las criaturas también parecen estar muy alteradas. ¿Por qué no dejamos que se desgasten unas a otras y luego acabamos con las supervivientes?
- Eir Stegalkin: Excelente estrategia. Así esas pobres criaturas escaparán de su miseria y nos dejarán concentrarnos en Cortavientos. Aprendes rápido.
- Eir Stegalkin: Tengo aquí el acero sin forjar de Beigarth. Cuando estas bestias locas se vayan y derrotemos a Cortavientos, te la daré para que puedas bañarla en la sangre del grifo.
- <Nombre del personaje>: Demostremos a estas alimañas la diferencia entre cazador y presa.
Hablando con Eir Stegalkin:
- Eir Stegalkin: Llegas justo a tiempo. Cortavientos está cazando, y todos los seres vivos de la región están frenéticos.
- No quiero que otras criaturas interfieran en nuestra caza. Acabemos con ellos antes.
- Justo lo que pensaba. El camino del héroe no es siempre glorioso, pero sí es siempre necesario.
- Coincido. Acabemos pronto con esto.
- Por mi, bien. ¿Podemos engañar a las otras criaturas para que luchen unas contra otras?
- Debemos intentarlo. Pero hagámoslo rápido. No quiero que esas criaturas sufran, y Cortavientos no tardará en llegar.
- ¡A trabajar, pues!
- ¿Por qué están los demás animales tan alterados? ¿Es Cortavientos tan terrible?
- Lo es. Aún peor, su poder puede hacer que los demás animales se vuelvan feroces versiones de sí mismos. Ellos los protegerán, así que mejor será acabar con ellos antes.
- Coincido. Acabemos pronto con esto.
- Por mi, bien. ¿Podemos engañar a las otras criaturas para que luchen unas contra otras? (lo mismo que arriba)
Tras la primera oleada:
- Eir Stegalkin: Aún no hemos terminado. Todavía quedan un montón de esas criaturas frenéticas.
Cinemática tras matar a todos los animales frenéticos:
- <Nombre del personaje>: ¡Por el pichel de piedra de mi madre, qué chillido! Suena como una avalancha cayendo sobre una manada de moa. ¿Ese es Cortavientos?
- Eir Stegalkin: El mismo. Está cerca y, por cómo suena, está buscando pelea.
- Eir Stegalkin: No te acerques a sus garras ni a su pico y, por el Lobo, no caigas en el vacío. Si nos protegemos mutuamente, venceremos.
- <Nombre del personaje>: Vamos, bañaremos el arma de Beigarth en sangre de grifo.
Luchando contra Cortavientos:
- Eir Stegalkin: ¡Atentos! ¡Está herido, pero precisamente eso le hace más peligroso!
- Eir Stegalkin: ¡Está casi acabado! ¡Sigue!
Cinemática tras derrotar a Cortavientos:
- Eir Stegalkin: Obtén tu premio, Asesino. Clava este acero en el corazón de Cortavientos.
- <Nombre del personaje>: ¡Escúchame, espíritu del grifo! Tu hijo, Cortavientos, ha sido una presa digna. La sangre de su corazón honra mi acero.
- Eir Stegalkin: Qué poético. Seguro que alguien te hará una estatua. Alcanzas fácilmente la fama.
- <Nombre del personaje>: Con tu ayuda. Dime una cosa, ¿por qué estás tan interesada en mi leyenda?
- Eir Stegalkin: Es la primera vez en años que conozco a alguien con tanto potencial. Hablaremos de eso más tarde. Ahora, los jotun son nuestra prioridad.
- Eir Stegalkin: Cuando Beigarth termine de forjar tu arma, reúnete conmigo en la Grieta de Osenfold. Si Korag no abandona al dragón de hielo, estaremos preparados para él.
Hablando con Eir antes de volver a Hoelbrak:
- Eir Stegalkin: Ah, reconozco esa mirada de júbilo. Disfruta de la sensación, pero no dejes que te distraiga. Debes llevar esa hacha de vuelta a Beigarth.
- Puedo hacer ambas cosas. Si me parara a saborear cada victoria, jamás conseguiría terminar nada.
- Voy para allá.
El Gran Albergue[editar]
Hablando con Beigarth:
- Beigarth: ¡Hola, <Nombre del personaje>! ¿Has eliminado ya a Cortavientos?
- Así es, y le clavé tu acero en el corazón. Aquí está tu arma, lista para volver a la forja.
- Benditos sean el coraje y la fuerza de la bestia, ¡siento cómo emanan del acero! Hay que templar un poco más el arma, pero pronto estará lista. Seguro que tienes muchas gestas heroicas pendientes. Se la daré a Eir y ella te la entregará cuando te enfrentes a Korag.
- Me parece bien. Gracias, Beigarth. ¡Esta historia me la guardo para un festín!
- Um... ya hablaremos luego.
Mi historia[editar]