Diario de historia/End of Dragons
Las entradas del Diario de historia de Guild Wars 2: End of Dragons sirven como un resumen de la historia eficaz desde el punto de vista del Comandante del Pacto y se transcriben aquí.
End of Dragons: Acto 1
- 59 Céfiro 1335
Aurene me llamó al Ojo del Norte. Hace poco, sitió una presencia en la red invisible de energía ley... "como un eco en la Niebla". Tras consultar las visiones proféticas que heredó de Kralkatorrik, Aurene concluyó que todas las líneas temporales posibles convergen en un evento singular más allá del cual no consigue ver nada... un evento que ocurrirá hoy. Es de los más ominoso, sobre todo porque, la última vez que pasó algo así, Aurene acabó muerta... pero parece sorprendentemente tranquila. ¿Hago mal en preocuparme?
Lo que nos espera, sea lo que sea, también incumbe a Taimi y Gorrik. Gorrik va a encontrarse con una antigua compañera de la Inquisa (sin comentarios) sobre la que Taimi tiene... sospechas. Me pidió que lo acompañase al Paso de Lornar y que lo protegiese... a él o a su virtud, no me quedó del todo claro. Si se trata de la angustiada súplica de un corazón devorado por los celos o de un peligro real para Gorrik, no sabría decirlo; pero, de alguna forma, todo esto lleva a la "convergencia de líneas temporales" de Aurene, así que no me queda otra que hacer lo que me pide Taimi, a ver qué pasa.
Me dirigí al Paso de Lornar, donde Gorrik y yo nos reunimos con su "amiga" Ankka. Gorrik dijo que su antigua colega tenía datos importantes sobre los dragones. Al principio Ankka se mostró afable, hasta diría que... ¿encantadora? A Gorrik le cuesta a veces expresar sus emociones, pero estaba realmente contento de ver a su vieja amiga. No obstante, la actitud de Ankka se agrió cuando Gorrik sacó el tema de los dragones.
De repente se destapó como filoetérea y se llevó a Gorrik delante de mis narices. ¡Debería haberlo visto venir! Aurene y yo iremos juntas tras la flota filoetérea. Tengo mis dudas sobre la implicación directa de Aurene, dada la singularidad de lo que hablamos, pero recuperar a Gorrik sano y salvo es ahora la máxima prioridad.
***
Los Filoetéreos han vuelto. Subí a una de sus naves tras separarme de Aurene para buscar a Gorrik cada uno por su cuenta. La flota se adentró por un portal en la Niebla; adónde se dirige, no lo sé. Por lo visto, los Filos tienen alguna cuenta pendiente conmigo tras nuestro enfrentamiento en los fractales. Estuve unos instantes con la mismísima capitana Mai Trin, pero se largó al aparecer Aurene. Una filoetérea me tendió una emboscada, pero conseguí escapar. Sea cual sea el sitio donde tienen a Gorrik, lo encontraré.
***
La flota salió de la Niebla a algún lugar desconocido, algún punto más allá del alcance de las comunicaciones de Taimi. Encontré por fin a Gorrik, atado y en pleno interrogatorio. Ankka atacó nuestra nave a cañonazos, así que huimos a cubierta. Estábamos a punto de escapar con Aurene, pero la alcanzaron con una nueva arma filoetérea. La nave se precipitó mientras Aurene se desplomaba del cielo y... mis recuerdos son confusos. Estoy muy mal, tirado en alguna playa de vete a saber dónde. Grabo esto por si lo encontrara alguien de la Guardia de la Eternidad. Me pesan los ojos... Necesito descansar...
***
Desperté en una celda junto a Gorrik, conectada a una especie de máquina que parecía tan avanzada como la tecnología asura, tal vez incluso más. Gorrik estaba exultante por verme, pero tenía cierto ataque de ansiedad; me siento mal por no haber podido hacerle compañía debido a mi... falta de consciencia. Antes de que pudiera aclararme dónde estábamos, un detective llamado Rama nos sacó de allí; nos hizo rellenar algo de papeleo y me devolvió mi equipamiento antes de soltar una bomba: habíamos ido a parar a Cantha, el imperio humano que se aisló del mundo mucho antes de que yo hubiera siquiera nacido.
Apenas podía hacerme a la idea mientras seguía a Rama hasta un patio. Allí nos esperaban Marjory y Kasmeer, que ahora es embajadora de Kryta, explicó que Cantha reabrió sus fronteras después de que cayera nuestra nave. Me aseguró que Aurene se encontraba bien y que pronto la vería.
Antes de que me pudieran soltar oficialmente, hablé con el ministro canthiano de seguridad, Li. Fue muy educado, pero se le notaba la desconfianza en la voz. No puedo culpar a los canthianos por su cautela. Hará falta tiempo para ponerse al día, y me muero por explorar Shing Jea, un lugar que hasta ahora bien podría haber sido solo una leyenda.
- 59 Céfiro 1335 / 29 Zhoyo 1845
Por fin me dejaron salir de la cárcel y pude explorar Cantha a mi aire. Me reuní con el detective Rama en los campos de entrenamiento para demostrar que era capaz de sobrevivir yo sola y, tras un breve pero locuaz trayecto en barca, me reuní con mis amigos para ver qué tal le iba a Aurene.
Aurene seguía agotada debido a nuestro encuentro con los Filoetéreos: ¡el arma que emplearon le drenó la magia de alguna forma! Le pesqué un pez de piscolabis, a ver si se animaba un poco, pero verla así... en fin, fue un duro recordatorio de que no tenemos ni la más remota idea de lo que son capaces los Filoetéreos. Rama me dijo que debía conseguir el permiso de la emperatriz Ihn para investigarlos. El tiempo corre en nuestra contra pero, por suerte, Kas ya tiene una reunión concertada.
***
La reunión con la emperatriz se vio dominada por las puñaladas verbales entre la dama Joon, que parece ser la inventora de la tecnología de jade, y el ministro Li. Aún hay muchos elementos de la política canthiana que no entiendo pero, por lo que veo, Li cree que Joon pone en peligro la seguridad de Cantha al pretender ampliar mercados para su tecnología; y Joon cree que Li es demasiado corto de miras.
Kasmeer está cada vez más cómoda en su nuevo puesto de embajadora. Incluso entre tanto debate enardecido, conseguimos el permiso de la emperatriz para investigar a los Filoetéreos. También tuve ocasión de hablar cara a cara con Joon después, y tiene unos conocimientos asombrosos. No sorprendió a nadie que Taimi y ella conectasen enseguida. Joon mostró interés en ayudar con el tratamiento de Aurene, pero... en fin, me parece un poco pronto para otorgar nuestra confianza a una extraña en esta cuestión. Puede que volvamos a sacar el asunto a la palestra una vez que hayamos solucionado lo de los Filoetéreos.
Nota para mí: Por novedosa que sea nuestra tecnología de comunicaciones en casa, a los canthianos les da risa lo poco segura que es... y Rama se los pasó muy bien demostrándolo a base de entrometerse en nuestras llamadas mientras planeábamos la investigación de los Filoetéreos. Pero también me dio permiso para examinar los archivos del MinSeg, en los que había bastante información útil, así que no se lo tendré en cuenta (aunque puede que Taimi sí).
Decidí registrar la aeronave insignia filoetérea abatida con Marjory y Gorrik y, en ella, encontré bitácoras que detallaban las actividades de Mai Trin y sus piratas desde el ataque a Arco del León. El tiempo que pasaron en la Niebla tiene pinta de haber sido, como poco, traumático: tuvieron que matar ecos de los fractales de sí mismos para reconstruir su flota y, luego, les costó lo suyo llegar a Cantha tras un encuentro con Kralkatorrik. Ankka decía que la tripulación estaba inquieta, que quería dejar de mantener la discreción y "hacer algo". Pues nada, ahora sí que están haciendo algo.
Gorrik y Marjory consiguieron acorralar a un filoetéreo que estaba reparando la tecnología para atravesar la Niebla de la aeronave insignia. El pirata habló vagamente de grandes cambios y grandes planes, pero no nos fue de mucha ayuda. Al menos, Gorrik consiguió destrozar la tecnología trans-Niebla. Los Filoetéreos tardarán en poder escaparse.
***
Taimi me llamó para pedirme que volviese a la cueva de Aurene de inmediato. El resto del grupo ya estaba allí, y también, para mi sorpresa, la dama Joon. Caithe y Aurene no respondían a ningún estímulo y nadie sabía por qué; pero a mí no me costó mucho averiguarlo.
Conforme me acerqué a Aurene, noté como si arrastrasen mi espíritu a otro mundo, a un lugar parecido al fondo del océano, pero también distinto... y, en aquel momento, incluso dudé de si sería real; pero, entonces, oí la voz de la última dragona anciana, Soo-Won, que... le hablaba con calma a Aurene.
Y, de una forma tan súbita como empezó, terminó y volvimos al mundo real. Luego, averigüé que Soo-Won no solo era la última dragona anciana, sino también la dragona anciana original, la "madre" a la que se refería Kralkatorrik tantos años atrás. Estuvo en Cantha todo este tiempo y, según Joon, se dedicó a proteger a la gente. Soo-Won dice que quiere que Aurene ocupe su lugar y se convierta en la única dragona anciana, como en su momento lo fue Soo-Won. A decir verdad, aún no tengo claro qué pensar al respecto. Ni si puedo fiarme de ella.
Pero las revelaciones no terminaron con la cuestión de los dragones: cuando empezamos a hablar de los Filoetéreos, ¡Joon confesó que fue ella quien los contrató! Joon reclutó a Mai Trin hace años, sin conocer el pasado de la pirata, y creía que sería para bien; pero ya sabemos cómo acabó aquello: el encargo de investigación fuera de Cantha de Joon terminó en secuestro. Joon nos dio una ubicación aproximada para seguirle el rastro a Mai Trin en Zen Daijun y Jory y Gorrik se adelantaron para explorar la zona. Ya va siendo hora de que Mai Trin pague por sus crímenes.
Me reuní con Gorrik y Marjory en Zen Daijun. Los dos habían captado frecuencias ultrasónicas extrañas que emanaban de la zona y estaban investigándolas con la sospecha de que podrían estar relacionadas de algún modo con los Filoetéreos. Y la sospecha resultó ser cierta: ¡en la cueva se ocultaba una entrada secreta a un escondite filoetéreo! Me puse en contacto con Taimi para notificarle nuestros descubrimientos; y Joon, que estaba escuchando, se puso en camino hacia nuestra ubicación de inmediato, porque se moría de ganas de llevar a Mai Trin por fin ante la justicia. La verdad, no la culpo...
Exploramos la guarida y nos encontramos a Iván, que seguía siendo leal a Mai Trin y se negó a revelarnos su paradero. Insistió en que las cosas no eran como parecían y nos rogó que no le hiciésemos daño a Mai Trin. Tras un breve rifirrafe, conseguimos reducirlo.
Al final, acabamos topándonos con Mai Trin... aunque más bien era ella la que iba topándose con todo, borracha como una cuba. Luego llegaron Joon y Kasmeer e intentamos sonsacarle los planes a la capitana, pero no estuvimos hablando mucho tiempo: para nuestro asombro, Mai Trin empezó a canalizar el poder de la Niebla, ¡como si fuese una retornada! Y lo peor fue que recurrió al poder de nuestra antigua enemiga... ¡Scarlet Briar!
Como era de esperar, el eco de Scarlet era demasiado fuerte (y desquiciado) para Mai Trin, así que echó a correr como una loca... y nos metió de cabeza en un enfrentamiento a la desesperada del que apenas conseguimos salir con vida.
Con el eco de Scarlet de nuevo bajo control, capturamos a Mai Trin y le confiscamos las armas. Seguía abrumada por las voces de la Niebla y tenía problemas para acallarlas, así que Kasmeer sugirió atenuarle el sentido de la vista para ayudarla a concentrarse... más o menos como hacía Rytlock. Tras prepararle una venda improvisada, le exigimos a Mai Trin que nos revelase las órdenes que les había dado a los Filoetéreos. Y no solo confesó que planeaban atacar una instalación de procesamiento de jade, sino también que ella ya no estaba al mando: al parecer, Ankka había incitado a un motín y se había llevado todas sus naves y tripulantes.
Volvimos atrás y desatamos a Iván, y a Mai Trin le sorprendió de verdad que no la hubiese abandonado. Iván sugirió que localizásemos a Ankka empleando los transpondedores de las naves; y era buena idea pero, por desgracia, Renyak había dañado los transpondedores, por lo que los datos de rastreo eran imprecisos y tan solo pudimos sacar en claro que teníamos que dirigirnos a Nueva Kaineng. No era mucho con lo que trabajar, pero era algo. Mai Trin se ofreció a ayudarnos en la persecución (quizá porque se sentía culpable) y aceptamos a regañadientes, aunque a Joon no parecía hacerle demasiada gracia la idea. Antes de partir hacia Nueva Kaineng, decidimos que primero debería sacarme un permiso en el Ministerio de Tránsito... para que no me arrestasen por contravenir la legislación relativa a viajes.
End of Dragons: Acto 2
Me reuní con lady Kasmeer y Navan en Shing Jea, donde hablamos brevemente de si podíamos fiarnos de Mai Trin. Kasmeer seguí sin fiarse de ella, pero nos pareció que con su ayuda teníamos más posibilidades de atrapar a Ankka.
El Ministerio de Tránsito fue una pesadilla burocrática que no desearía ni a mi peor enemigo. Mientras esperaba a que se tramitara mi autorización para viajar, decidí matar el tiempo echando una mano por la isla. Rama, agradecido por la ayuda, movió algunos hilos que aceleraron el papeleo.
Ya con todo en orden, me disponía a zarpar. Navan tenía un asunto de último hora que atender en Nueva Kaineng, así que me pasé a recogerle antes de partir.
La ciudad de Nueva Kaineng era realmente digna de ver. Nos reunimos con Marjory y Mai Trin en los muelles. Navan se marchó a ocuparse de sus cosas mientras Marjory y yo acompañábamos a Mai Trin a un puesto de fideos cercano: tenía una resaca de campeonato, y nos pareció que era mejora darle algo de comer antes de plantarla delante de nadie.
La situación se puso un poco violenta en el trayecto. Mai intentó disculparse por sus acciones y entablar algún tipo de vínculo, pero Marjory no estaba por la labor. La confianza se ganaba con hechos, no palabras.
De repente se oyeron gritos angustiados: en las cercanías, un mech de carga había enloquecido. Conseguimos neutralizarlo y llegó une ingeniere de tecnología de jade a evaluar la situación. Se llamaba Yao y, según dijo, estas averías en la tecnología de jade se habían vuelto cada vez más frecuentes durante el último año. En ese preciso instante, las arañas de jade que iban con Yao empezaron a descontrolarse también, aparentemente infectadas por el mech de carga.
Tras la batalla, Yao me dio mi propio de jade. (Espero que funcione mejor que los que hemos abatido).
Mientras planeábamos nuestro siguiente paso por comunicador, se hizo evidente que había algún mal rollo entre Mai Trin y Yao. A Yao parecía sentarle que Joon hubiera elegido a Mai como su protegida, ya que creía estar mucho mejor cualificade.
La ingeniera jefe me proporcionó la contraseña de la central de energía. Tras aclimatarme a los muchos usos y funciones de mi robot de jade, estábamos listos para investigar la infraestructura energética de la ciudad. Mai se disculpó con Yao por antigua animosidad. Me da que a partir de ahora se va dar un hartón de pedir disculpas a la gente.
***
Taimi logró encriptar al fin nuestra red de comunicaciones, justo cuando empezábamos a husmear por la central de energía. Según ella, Joon siempre fue muy reservada acerca de los detalles exactos sobre la carga de las baterías de jade. Si queríamos entender mejor cómo funcionaban, teníamos que buscarnos la vida. Cogí un escáner de energía y me puse a enviarle muestras de datos a Taimi para que las analizara.
Un pico de potencia complicó el proceso de recolección de datos, cómo no; una tarea simple y sencilla sin ningún contratiempo habría sido aburrida. Mientras reiniciábamos cajas de conexión y escaneábamos baterías, Mai observó que estos fallos de la tecnología de jade no parecían algo propio de Ankka. Para esta lo importante era llevar a cabo los ideales de Scarlet de "democratización por medio del caos", y el sabotaje corporativo no se ajustaba a eso.
Taimi recopiló todos los datos, y el análisis que hizo de ellos produjo un descubrimiento realmente sorprendente.
La tecnología de jade funciona a base de magia dracónica.
***
Taimi conectó a Yao en nuestra frecuencia de comunicaciones, informó de nuestros hallazgos y solicitó acceso al laboratorio de Nahpui. Necesitábamos una muestra de datos más amplia inmediatamente. Por desgracia, según Yao los picos de potencia anteriores frieron el sistema de seguridad de Nahpui, así que estaba descartado hasta que volviera a funcionar.
Por suerte no hizo falta esperar a eso, porque Mai Trin tenía justo lo que necesitábamos (enterrada en el desorden de su apartamento): una insignia de seguridad imperial. Con ella, podíamos sortear la seguridad del laboratorio de Kaineng incluso en medio de un apagón.
Se puso muy solemne al reflexionar sobre cómo la insignia era la única prueba tangible de la confianza que Joon había depositado en su día en ella.
***
Mai, Marjory y yo nos reunimos con Gorrik en el laboratorio de Nahpui. Taimi se los había contado todo. Si de verdad las células de energía de la tecnología de jade funcionaban con magia dracónica, eso explicaría cómo se estaba corrompiendo. Necesitábamos escanear más baterías. Ahora que Taimi sabía qué buscar, podía probar a aislar la firma energética para ver con mayor claridad a qué nos enfrentábamos exactamente. Mai Trin reiteró sus dudas de que Ankka tuviera algo que ver con lo que fuera que estaba ocurriendo con todas las baterías y tecnología de jade. No había ninguna prueba que la implicara como la responsable.
Taimi realizó sus escaneos sobre los datos que acabábamos de recabar y los resultados fueron aún más demoledores que los anteriores. No solo las baterías funcionaban con magia dracónica, sino que de algún modo Joon había descifrado el misterio de cómo producir magia dracónica pura.
De repente, ¡una emboscada! Los Filoetéreos habían penetrado la seguridad y entraban en estampida al laboratorio... pero Ankka no estaba entre ellos. Aquello era una distracción. Le dije a Taimi que buscara a Joon de inmediato.
Tras la batalla, llamamos a Joon y nos encaramos con ella. Pero antes de que pudiéramos interrogarla como es debido, intervino Aurene. Al parecer, la energía de jade no fue solo idea de Joon: Soo-Won está retenida en una instalación de máxima seguridad, y para colmo colabora supuestamente con ella en todo este asunto. Por eso envió Ankka la distracción: ¡de algún modo sabía lo de Soo-Won! A Joon le pareció prudente que nos viéramos todos cara a cara y le dijo a todo el mundo que se reuniera con ella en el reactor. Le sugerí a Aurene que se quedara atrás, por si Ankka se presentaba con el extractor.
Tan pronto salí del ascensor, me quedó claro que Joon había invertido una enorme parte de su fortuna en el reactor de Yong, donde mantenía retenida a la dragona anciana Soo-Won. A pesar del evidente orgullo que le proporcionaba haber construido unas instalaciones tan magníficas a tanta profundidad en el mar, la amable dama Joon no se tomó la molestia de recibirnos en persona y nos ofreció una visita por medio de una proyección holográfica. Joon nos aseguró que su acuerdo con Soo-Won era colaborativo y beneficioso para ambas, algo que todavía me cuesta creer. Con todo, aquí estamos, y nos disponemos a comprobar en primera persona cómo va ese acuerdo. ¿Cómo será Soo-Won en realidad?
***
Caminar tan cerca de las ciclópeas columnas de baterías de jade era sobrecogedor. Conforme nos acercábamos al punto de acceso a la cámara de Soo-Won, oímos por casualidad a la dama Joon discutiendo una vez más con el ministro Li por holoconferencia; pero la hostilidad de aquel intercambio no fue nada comparada con la que la sucedió: cuando Joon se dispuso a abrirnos el punto de acceso, los muchos mechs de jade que conformaban el sistema de seguridad autónomo de las instalaciones se volvieron contra nosotros.
Pero, para sorpresa de todos, Mai Trin tomó la iniciativa, hackeó el sistema de seguridad y desconectó los mechs. Ya no cabía la menor duda de que Ankka también había accedido a la red de las instalaciones, lo que volvía más acuciante llegar hasta Soo-Won. Por desgracia, la brecha de seguridad conllevó el cierre del punto de acceso principal y que perdiésemos el contacto con Joon, así que nos dirigimos a una entrada alternativa a través de los pasillos de mantenimiento.
***
Tras atravesar la zona de mantenimiento a través de una serie de escudos de energía con la ayuda de mi práctico robot de jade, nos dimos de bruces con Ankka; o mejor dicho, con una proyección holográfica suya. Les lanzó unas pullas a Mai Trin y a Gorrik, nos dejó claro que ya se había adentrado en las instalaciones más que nosotros y, luego, desapareció.
Superamos los últimos elementos de seguridad de Joon y, tan pronto tuvimos a Soo-Won a la vista, volví a verme atraída a su mente, donde me confirmó que había recurrido a Joon y a su tecnología para que le hiciesen más fácil canalizar la magia de Tyria tras la muerte de sus hijos, los demás dragones ancianos. En resumen: Soo-Won y aquellas instalaciones eran lo único que impedía que el mundo se fuese a pique después de que los dragones muriesen. Me presentó una perspectiva nefasta pero también me dejó la exigua esperanza de que Aurene podría iniciar un nuevo ciclo si la preparábamos para soportar el maremoto de energía que se liberaría con la muerte de Soo-Won.
Mi momento con Soo-Won terminó de forma abrupta, pues salí de su mente para encontrarme a Ankka frente a la dragona anciana; y, antes de que tuviésemos tiempo para reaccionar, Ankka activó el extractor y llenó la cámara con el poder puro de la magia marcada de Aurene. La estancia se llenó de cristales. La estructura que retenía a Soo-Won quedó destruida, ella se liberó y nos vimos obligados a huir mientras la cámara se desmoronaba y el océano la anegaba.
***
Conforme nos alejábamos del caos de la cámara de Soo-Won, vimos que la combinación de la magia incontrolada de Aurene y la destructiva fuga de Soo-Won estaba provocando la fusión del reactor. Dependía de nosotros salvar la situación antes de que explotase y arrasase toda Nueva Kaineng; pero Ankka estaba decidida a detenernos y, para ello, primero nos lanzó a sus Filoetéreos y, luego, nos dio otra sorpresa: sus propios experimentos con la magia dracónica le permitían hacer uso de l poder de Zhaitan y reanimar a los trabajadores de Xunlai fallecidos para que nos despedazasen.
A medida que docenas de muertos vivientes se alzaban a nuestro alrededor, localizamos la sala de control y accedimos a ella. Mai Trin se encerró dentro y nos impidió intervenir mientras evitaba la explosión del reactor. Marjory, Gorrik y yo huimos del centro de control, pero presenciamos una perturbadora escena: Ankka mató a su antigua capitana a sangre fría... después de que esta evitase el colapso catastrófico del reactor. Fuese quien fuese antes, Mai Trin sacrificó su visa para salvarnos, a la ciudad y a nosotros.
Volvimos al vestíbulo de Reactor de Yong y allí nos recibió a través del sistema de megafonía la imponente voz del capitán Fa, el jefe de seguridad de Xunlai, que no parecía dispuesto a darnos tiempo ni ocasión para demostrar nuestra inocencia. Con Soo-Won a la fuga y dadas sus nefastas advertencias respecto a qué le pasaría a Aurene si Ankka se salía con la suya, decidimos abandonar las instalaciones empleando las cápsulas de escape de emergencia y salimos enseguida a la superficie. Espero que alcancemos a Soo-Won a tiempo y pongamos fin a todo esto antes de que suceda lo peor.
End of Dragons: Acto 3
Tras huir del reactor de Yong, cada uno tomó un camino distinto para dificultar que nos capturasen. Parece que nos culpan por lo que hizo Ankka y, con Soo-Won a la fuga, no tenemos tiempo para detenernos a explicar qué ocurrió.
Aurene y Caithe se aprestaron a seguir el rastro de Soo-Won, y yo recibí un mensaje de Navan en el que daba a entender que la emperatriz estaba de nuestra parte... o, al menos, que aún no tenía una opinión firme al respecto. Navan me sugirió que nos reuniésemos en un restaurante de sushi local para tratar la situación por extenso, así que vamos a quedar en La Hoja de Nika. Veremos qué tiene que decir. Esperemos que la comida sea buena.
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Al llegar al restaurante de sushi, me encontré con que el detective Rama se había acoplado a la reunión. Tenía órdenes del Ministerio de Seguridad de arrestarnos e interrogarnos, pero Navan, como delegada de la emperatriz, anuló sus órdenes.
Navan sugirió que nos retirásemos a un refugio del Bosque Echovald pero, antes de que diésemos por concluida la reunión, se presentó el capitán Fa, el jefe de seguridad de Joon, con intención de detenerme. Convencí a Fa para que nos dejase ir (por el momento); y Rama también optó por permitir que demostrásemos nuestra inocencia... pero, como no es de los que rehúyen la acción, decidió venir con nosotros, con la sutil amenaza de que, si cualquier indicio lo llevaba a pensar que lo habíamos engañado, volvería a meterme entre rejas en Shing Jea.
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Volví a ponerme en contacto con mis aliados en el refugio de Navan, unas ruinas llamadas Piedra Arbórea que antaño pertenecieron a los zu Heltzer, una casa noble kurzick. El lugar quedó destruido cuando el Ministerio de la Pureza los aniquiló hace muchos años, pero han ido restaurándolo poco a poco desde entonces. Al parecer, nuestro amigo el detective es medio kurzick, por lo que ver la gran casa en ruinas le afectó profundamente. Los traumas que provocaron los actos del Ministerio de la Pureza siguen calando hondo en las gentes de Cantha.
Al entrar al edificio, nos atacaron unas misteriosas criaturas sombrías de origen desconocido. Navan esperaba encontrar a otros viajeros que buscasen refugio en Piedra Arbórea, así como a un guardián llamado Ishan... pero lo que encontramos fue muerte, destrucción y aquella magia sombría que parecía alterar las mismísimas normas de la realidad. Las formas en que habían matado a los viajeros eran de los más inquietantes y, a pesar de los horrores que hemos presenciado, todo el grupo se sintió turbado. Seguimos buscando a Ishan, pero la esperanza de encontrar al amigo de Navan en buenas condiciones es cada vez más exigua.
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Acabamos encontrando a Ishan pero, por desgracia, lo había consumido aquel poder corruptor que ahora sabemos que se llama "el Vacío". Ishan era un dragón de cascada... y, al parecer, también lo es Navan, cuyo nombre dracónico es Kuunavang. Estuvo un tiempo corrompida por Shiro Tagachi pero, luego, se convirtió en una heroína para los canthianos y, desde entonces, ha asumido forma humana para seguir velando por ellos.
Kuunavang es una aliada inveterada de Soo-Won y nos está ayudando en la tarea de impedir que el Vacío consuma a la dragona anciana y se extienda por el resto de Tyria. El reactor de Joon estabiliza a Soo-Won extrayéndole la magia corrupta, y nuestras mentes científicas creen que es posible que el extractor de Ankka también pueda hacerlo. Ayumi, de los Cernícalos, un grupo de guardabosques que tienen la misión de proteger Echovald, se ofreció a ayudarnos a seguirle el rastro a Ankka, a quien vieron por última vez en algún lugar de las Selvas de Echovald. Parece bastante de fiar.
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Si dar con Ankka no había sido antes de nuestra máxima prioridad, está clarísimo que ahora sí. Su extractor podría ser la única forma de apaciguar a Soo-Won. Tenemos que encontrarla.
Los Cernícalos nos proporcionaron dos pistas: la primera era una pieza de tecnología filoetérea que hallaron en Echovald. La segunda, información sobre los movimientos de Ankka.
Gorrik creía que la tecnología era uno de los transpondedores de la aeronave dañados por Reynak. Con algo de tiempo, tal vez pueda utilizarlo para ayudarnos. En cuanto a los movimientos de Ankka, según Ayumi había estado enviando filoetéreos a hablar tanto con los Portavoces como con la Hermandad de Jade. ¿Qué será lo que planea? Debo averiguarlo.
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Mientras Aurene y Caithe trabajaban para que Soo-Won siguiera en el Mar de Jade, los Cernícalos me ayudaron a infiltrarme en los campamentos de las bandas para averiguar más sobre las actividades de Ankka. Por lo visto, había estado negociando con ambos bandos antes de retirarse repentinamente. ¿Por qué?
Todo quedó claro cuando localizamos el campamento de los Filoetéreos. Ankka se había ido hacía mucho, pero quedaban sus registros de sonido. Resultó que estaba intentando construir un dispositivo de portales de la Niebla, y tanto los Portavoces como la Hermandad tenían los componentes que necesitaba. ¿Que cuál fue la razón de que se retirara de las conversaciones con ellos? Los informes de la llegada de una nueva aeronave filoetérea a la zona, con su propio dispositivo de portales operativo, según sus exploraciones. Ankka ya no necesitaba construirse uno.
Mediante el transpondedor recién reparado, Gorrik pudo rastrear la señal de la aeronave hasta Esperanza de Melandru. Tenemos que llegar allí antes que Ankka como sea.
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Tras algo de búsqueda, localizamos la nave en una caverna recóndita. Sus propietarios: ¡nuestros viejos amigos Canach y Sayida! Han venido a Cantha a iniciar una nueva aventura empresarial: un club social que sea a la vez un restaurante para gourmets. Los puse al tanto de nuestra situación actual con Ankka y les hice una propuesta: que nos dejaran usar su nave como cebo para hacer salir a Ankka y, a cambio, los ayudaremos a montar su establecimiento.
Llegamos a un acuerdo. El mejor lugar para atraer a Ankka es la Chatarrería de Xunlai Jade, en el centro de Echovald. Allí no habrá ningún transeúnte que pueda quedar atrapado en el fuego cruzado. Iván, que ahora se ha comprometido con nuestra causa, envió un mensaje falso a la red de comunicaciones de los Filoetéreos.
Todo este tiempo, Ankka ha ido un paso por delante de nosotros, pero eso se acabó. Nuestra trampa está tendida.
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Con la aeronave de Canach y Sayida al descubierto, los Filoetéreos no tardaron en localizarnos. Tras acorralarnos con sus propias naves, enviaron una oleada tras otra de piratas para quedársela. Por suerte, Ayumi se había adelantado a algo así: francotiradores cernícalos, ocultos entre los árboles, atacaron a los Filos y se los cargaron a casi todos.
Aislamos a uno de los tenientes de los Filoetéreos y se mostró "dispuesto" a cantar todo lo que necesitábamos saber sobre el paradero de Ankka pero, antes de que pudiera hacerlo, Ankka convirtió a todos los piratas caídos en serviles muertos vivientes. Se abalanzaron sobre nosotros, mataron al teniente y arrollaron a los Cernícalos.
Lo bueno es que, en cuanto acabamos con todos los muertos en nuestra aeronave, Gorrik pudo localizar con exactitud el sitio donde se encontraba el extractor: en medio de la Chatarrería de Xunlai Jade. Allí es adonde nos dirigimos ahora.
***
La ruta hacia la chatarrería era un reflejo retorcido de Orr: llena de cadáveres de cernícalos caídos y patrullada por los Filoetéreos, reducidos ahora a resurgidos descerebrados; un destino que no desearía ni a mis peores enemigos. Y allí, esperando en medio de toda esa putrefacción, estaba Ankka.
Ankka empleó contra nosotros todo su horripilante repertorio, llegando incluso a liberar energía del Vacío del jade corrupto cercano. Durante nuestra batalla, nos dejó claro que nos considera responsables de todo este caos, del Vacío en sí. Según ella, es el final lógico a nuestra intromisión y nuestro orgullo desmedido. Y... no puedo decir que se equivoque. Pero ¿esa idea suya de que tenemos que aceptar sin más lo inevitable y dejar que el mundo vuelva a empezar? Eso no lo consentiré jamás.
Ankka se mostró desafiante hasta el final, pero su último aliento acabó llegando. El extractor es nuestro.
***
O tal vez no. Pero... me estoy adelantando.
Gorrik necesitó unos momento para digerir la muerte de Ankka: nunca había experimentado así el dolor de la traición, y su muerte no le había proporcionado el consuelo que esperaba. Le dije que solo él podría hacer que la herida sanara. Se tomó muy en serio mi consejo (estoy orgulloso de él, la verdad) y se metió en faena con el análisis del extractor.
Pero Ankka lo había saboteado. Cómo no. El extractor se sobrecargó en cuanto lo activamos: no mandó por los aires y solo quedaron los restos. Suerte tuvimos de que no muriera nadie, pero nuestro plan de usar la máquina para purgar la corrupción de Soo-Won se ha ido al traste, y se nos acaba el tiempo.
Nos queda una última esperanza. Logramos recuperar una sola pieza del extractor; por sí sola no servirá de nada, pero es una prueba evidente de que Ankka estaba detrás de todo esto. Con algo de suerte, podremos utilizar esa prueba para recuperar la confianza del Ministerio de Seguridad... y de Joon, reconstruir el dispositivo y detener el Vacío antes de que sea demasiado tarde.
Es una posibilidad remota, pero es la única que tenemos.
End of Dragons: Acto 4
Me reuní con Rama en la comisaría del este con las nuevas pruebas que demostraban mi inocencia y la esperanza de hacer entrar en razón a Li; pero, pero, por desgracia, mi plan se fue al traste, tanto por la ausencia de Li como por la falta de cooperación de los funcionarios de la comisaría. Tras ayuda a la comisaría dando el callo por las calles de Kaineng, la capitana Min (amiga de toda la vida de Rama... y puede que algo más) nos puso en contacto con el ministro. Rama y yo volvemos a estar en la agenda del ministro para dar carpetazo a este malentendido. Toda esta pesadilla hace que esté cada vez más agradecido de que haya ciudadanos canthianos especialmente amables como Min y Rama; y también de que mi único problema laboral sea de índole dracónica.
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En el Ministerio de Seguridad, Rama y yo fuimos a ver a Li para intentar convencerlo de mi inocencia. Me da que Li puede ser la única persona en toda Cantha capaz de hacer que Rama pierda la compostura. Tras presentarle la prueba de la culpabilidad de Ankka, parece que Li ha reconocido al fin la verdad. Y, lo que es más importante, ha accedido a llevarnos a la mansión de Joon con el fin de que podamos pedirle ayuda para contener la situación de Soo-Won. Por primera vez durante todo lo que ha ido pasando últimamente, miro al futuro con esperanzas.
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Tendría que haber sido menos optimista. Tan pronto llegamos a la azotea del MinSeg para subir al "transporte" que nos llevaría hasta Joon, Li ordenó a sus guardias de élite que me apresasen; pero, para enfado de Li, Rama se negó a permitir semejante injusticia y luchamos codo con codo para rechazar a los guardias. Y la situación se agravó todavía más cuando la capitana Min llegó con noticias espeluznantes: en realidad, Li era un líder encubierto de los Puristas. Con la ayuda de una oportunísima idea de la capitana Min, Rama y yo conseguimos acabar con los guardias (que no eran tan de élite) y arrestar a Li por sus crímenes.
Estoy de lo más agradecido por el valor y la amabilidad de Rama, pero me preocupa su estado de ánimo, visto que Li era su mentor desde hace años; aunque me quedo un poco más tranquilo sabiendo que tendrá a su lado a la hábil capitana Min durante todo el proceso de encarcelamiento de Li. Ahora que hemos contenido a una fuerza destructiva, me dirijo a la mansión de Joon a fin de pedirle ayuda para vencer a otra.
De camino a la mansión de Joon, volví de forma inesperada a la mente de Soo-Won y tuvimos una breve conversación en la que me insistió en que, cuando llegase el momento, tendríamos que matarla; pero, entonces, todo cambió: su mente se llenó de monstruos y empezó a hablar con la voz del Vacío, que me advirtió de que era inevitable... justo antes de que sus siervos me atacasen. Por suerte, Caithe y Aurene acudieron en mi ayuda y consiguieron mantener el Vacío a raya el tiempo suficiente para que yo huyese, aunque me vi obligado a dejarlas atrás.
Más vale que la reunión salga como esperamos, porque los días pasan y, sin Joon, no podremos reconstruir el extractor a tiempo.
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Me reuní con Kasmeer junto a la mansión de Joon y, luego, Taimi nos dejó entrar... en contra de los deseos de Joon, tal y como descubriríamos enseguida. Tan pronto pasamos, Joon apareció en un piso superior, pero no para negociar, sino para echarnos. Aún nos culpaba de los sucedido en el reactor y se negaba a creer que planeásemos algo que no fuese a causar aún más daño a la obra más importante de su vida. Tras una breve conversación, se marchó y activó la seguridad de la mansión.
Registramos la mansión en busca de alguna forma de desactivar la seguridad y, también, averiguamos más sobre ella: de su origen humilde a sus muchos galardones, pasando por su papel como madre. Fuimos formándonos una imagen de Joon y esperamos que, al comprenderla mejor, sabremos qué decir para convencerla de que vuelva a ponerse de nuestra parte.
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Armados con esta nueva información sobre Joon, avanzamos hacia el taller para acceder por fin a la zona más privada.
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Cuando llegamos al laboratorio de Joon, acababa de enterarse del arresto del ministro Li y su implicación general en los sucesos recientes; lo que, combinado con la pieza del extractor de Ankka, bastó para convencerla de que no teníamos nada que ver con la fusión del reactor. Esperábamos que fuese suficiente y pudiésemos seguir avanzando.
Pero, llegado el momento de debatir soluciones, se negó a aceptar cualquier curso de acción que no implicase la vuelta de Soo-Won al reactor, por temor a las consecuencias que la falta de energía de jade tendría en Cantha, y eso supuso un nuevo encontronazo. Por suerte, Taimi consiguió ponerse en contacto con ella y le aseguró que comprendíamos lo que su obra significaba para Cantha y que teníamos tanto la voluntad como la capacidad de encontrar una solución juntos. Joon acabó cediendo y Taimi y ella se pusieron a trabajar de inmediato en la fabricación de los extractores.
End of Dragons: Acto 5
Taimi y Joon se pusieron manos a la obra con los nuevos extractores mientras el resto nos reuníamos y acordábamos un plan de ataque. Sé que cuesta fiarse del súbito cambio de parecer de Joon pero, llegados a este punto, no nos queda alternativa. Esperamos habernos ganado su confianza, tanto respecto a nuestras intenciones como a nuestras habilidades, y que podamos colaborar a partir de ahora; pero por desgracia, lo único que tenemos en este momento es esperanza. Si Soo-Won consigue cruzar las fronteras de Cantha, llevará el Vacío consigo y hará que se extienda por doquier. No podemos permitirlo.
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Todo el mundo acudió a Piedra Arbórea... y ver cuántas facciones habíamos conseguido unir le subía la moral a cualquiera. Ayumi vino en representación de los Cernícalos: Iván, de los Filoetéreos reformados; y el detective Rama... en fin, de sí mismo, pero parece que también tendremos el respaldo del Ministerio de Seguridad. Caithe nos comunicó que nuestras fuerzas en el Mar de Jade estaban sometidas a mucha presión y que debíamos actuar cuanto antes para sacarles las castañas del fuego.
Decidimos que Ayumi e Iván se reunirían con Canach y Sayida para patrullar la costa y que los demás nos dirigiríamos al Mar de Jade para disponer los extractores recién construidos y ayudar en combate cuanto pudiésemos.
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Al llegar al Mar de Jade, nos encontramos en plena zona de guerra. Caithe no nos había pintado las cosas peor de lo que eran. Nuestras tropas estaban muy dispersas y sumidas en una creciente frustración, ya que, cada vez que alguien conseguía abatir a una bestia del Vacío, otra se formaba en su lugar.
Pero, tras arduos combates, conseguimos instalar los extractores y reunirnos en el Templo de la Cosecha. El panorama pinta mal, pero la derrota pinta aún peor: hoy, o es el fin del ciclo de los dragones, o es el nuestro.
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Conseguimos llevar a Soo-Won hasta el Templo de la Cosecha y empleamos los extractores para sacarle el Vacío del cuerpo; pero, por desgracia, al eliminar la magia corrupta, esta se condensó para formar un ser de Vacío que nos atacó junto a su ejército. La aparición inicial del Vacío generó una onda de choque que desconectó los extractores, pero Taimi propuso que los empleásemos para obtener parte del poder del Vacío... si es que conseguíamos volver a conectarlos.
Mientras nuestros aliados de dispersaban para recuperar los extractores de la periferia que nos había arrebatado el ejército del Vacío, Kuunavang y yo nos quedamos para defender a Taimi y Joon mientras volvían a poner en marcha el extractor principal. Las fuerzas del Vacío nos arrollaron y Kunnavang y yo nos vimos copados por un momento; pero, por suerte, Aurene me arrebató de las garras de la muerte, me infundió parte de su propio poder y me indicó cómo usarlo para enfrentarme cara a cara con el Vacío. Y no exageraba respecto a su efectividad: cuando volví a entrar en combate, de alguna forma empleé una oleada del poder de ella para despejar toda la plataforma principal.
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Me dispuse a ayudar a mis aliados a recuperar los extractores de la periferia y nos enfrentamos a distintas manifestaciones del Vacío en cada plataforma de los dragones ancianos. Gorrik, Rama y yo acabamos primero con la manifestación de Jormag; luego, acudí en ayuda de Canach y Sayida para derrotar a Primordus; y, después, Ayumi, Iván y yo vencimos a Kralkatorrik. Otra vez.
La amenaza del Vacío no tardó en afectar al mundo entero y recibimos llamadas de nuestros aliados en las que quedaba patente lo trastornados que estaban Hoelbrak, la Ciudadela Negra, las Islas Arenosas y muchos otros lugares. Aunque esperábamos evitar ese desenlace, escuchar las voces de tantos viejos amigos luchando junto a nosotros en sus respectivas partes del mundo me levantó el ánimo.
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Después de lo de Kralkatorrik, me encontré a Marjory intentando alejar a la sombra de Mordremoth del cuerpo inerte de Kasmeer. Afortunadamente, Kas estaba viva, aunque inconsciente por el esfuerzo invertido en sacarnos de allí. Cuando derrotamos a la sombra, ellas dos tuvieron un momento de ternura en el que celebraron que seguía vivas.
Caithe y Logan se encontraban a las puertas de la muerte frente al último de los ecos de los dragones caídos: el de Zhaitan. Juntos, derrotamos una vez más al portador de muerte, pero Logan salió herido del lance y nos instó a que siguiésemos sin él, pues había llegado el momento de enfrentarse al mismísimo Vacío Dracónico.
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El Vacío Dracónico estaba seguro de su inevitabilidad pero, como Aurene me recordó, nada es inevitable... ni siquiera el ciclo de los dragones. Y, al final, lo derrotamos, erradicando los tentáculos que había extendido por toda Tyria y devolviendo la armonía al mundo.
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Una vez derrotado el Vacío Dracónico, solo quedaba una cosa por hacer: despedirse de Soo-Won y poner fin al ciclo de los dragones. Conforme Aurene absorbía la magia que le quedaba, Soo-Won fue disipándose de una forma muy hermosa. En ese momento, parecía que el ciclo de los dragones había terminado por fin y comenzaba una nueva era: la Era de Aurene.
Ver a Aurene asumir su nuevo papel resultó agridulce, porque sabía que aquel capítulo de nuestra relación había llegado a su fin. Ya no iba a necesitarme como antes y lo más probable sería que me resultase inaccesible en algunos aspectos. Tendré que acostumbrarme a eso y, aunque sé que es para bien, también echaré de menos lo que hubo entre nosotros.
Nos reunimos en Piedra Arbórea para reflexionar sobre la muerte de Soo-Won y las implicaciones del fin del ciclo de los dragones. Esperábamos que Aurene pudiese ocupar el lugar de los dragones ancianos caídos y proporcionar la estabilidad que tanto necesita la magia de Tyria; pero, si algo he aprendido en estos últimos diez años, es que en Tyria las cosas nunca salen como esperas, así que es mejor no esperar nada y estar preparados para cualquier cosa. AUnque puede que tengamos un respiro por fin.
Todavía sentimos la pérdida de Soo-Won, y eso tardará en pasar, pero la mayor parte de mis amigos parecen optimistas ante el futuro. Cantha se enfrenta al gran reto de sustituir a Soo-Won como fuente de la energía de jade, pero Joon, Taimi, Yao y muchas otras grandes mentes del país ya están abordando el problema. Kasmeer y el resto de nuestros amigos con habilidades políticas siguen muy atareados negociando nuevas alianzas, ya que las conversaciones se frenaron en seco cuando una amenaza apocalíptica se convirtió en nuestra prioridad.
También parece que tendremos una nueva agencia de detectives privados formada por Rama, Marjory y, sorprendentemente, Iván y Gorrik. Para los demás, a los que tanto nos gusta ir por ahí cazando dragones, el futuro no está tan claro. ¿Qué será de la Guardia de la Eternidad ahora que no hay nada que guardar? Supongo que ya se irá viendo.
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Tras un par de meses de relativa tranquilidad, recibí un mensaje de Kasmeer en el que me invitaba a una fiesta que ella y Marjory organizaban en la taberna Callejón sin Salida. Parecía una buena oportunidad para reconectar con amigos y ver cómo les estaba yendo a todos en la Era de Aurene.
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Cuando llegué al bar, me encontré con que la mitad del grupo ya estaba allí, así que estuvimos de cháchara hasta que aparecieron todos. Kasmeer y Marjory parecían entusiasmadas a más no poder, no había duda de que se estaba cociendo algo gordo. Ya con el grupo reunido al completo (Taimi, Gorrik, Logan, Rox, Rytlock, Canach y Braham), nos rogaron un momento de atención... ¡y se pidieron matrimonio! Creo que la noticia no sorprendió a casi nadie, pero fue muy emocionante de todas formas.
Eché un vistazo a mi alrededor y pensé en lo bueno que era que todos pudiésemos hacer esa clase de cosas normales que llevábamos tanto tiempo sin poder permitirnos. La visa sigue su camino. El clan sigue su camino. Y supongo que, tal vez, yo también tendré que seguir mi camino algún día. Pero ¿adónde? Aún no lo sé. Supongo que lo descubriré cuando llegue.
Oculto abajo
He estado rehuyendo todo tipo de acción en un intento por recuperarme (física y mentalmente) de... todo. Ha sido difícil hacerme a la idea de que el ciclo de los dragones ha acabado. Años de guerra que, por fin, han tocado a fin... Tenía demasiado cansancio acumulado para pensar en todo ello con claridad, incluso para celebrarlo debidamente desde que vi a todo el mundo en la fiesta de compromiso de Kas y Jory. A lo mejor es porque el final del ciclo no significa que no queden muchos problemas por resolver y batallas que librar, como, por poner un solo ejemplo de los muchos de esta región, los menguantes recursos energéticos de Cantha. Y no hablemos de los numerosos conflictos que siguen activos en Tyria Central y Elona.
Necesitaba dejar de pensar en todo eso. Recargar las pilas. Así que, a pesar de mi total agotamiento, acepté una invitación a una fiesta en la Casa de Té del Pato Rojo que celebra el detective Rama, recientemente jubilado.
Gorrik y yo acabamos siendo los únicos invitados de Rama. Toda esa comida para tres personas... ¡Y Rama ni siquiera come sushi!
Charlamos un poco, aunque Rama estaba preocupado y no le quitaba ojo a la puerta esperando que llegara un invitado importante, al parecer. Gorrik estaba degustando un bocado de sushi cuando Taimi llamó con información intrigante.
Yao, protegide de Joon, había develado que la Hermandad de Jade había descubierto una variedad de jade muy energética durante sus operaciones mineras en Hondonada de Gyala, en el Mar de Jade. Y el líder de la Hermandad, Park Chul-Moo, había informado supuestamente a Yao de que habían desaparecido unos cuantos mineros, mientras que otros mostraban un comportamiento extrañamente agresivo.
En cuanto escuchó lo de las personas desaparecidas y los sucesos extraños, Gorrik pasó emocionado a la ofensiva, desestimando una tras otra de las enclenques excusas de Rama; ¡este sería el primer caso de la Agencia de Detectives de los Amigos! El papeleo ya estaba hecho, pese al infame nombre, y Gorrik estaba decidido a convertir aquel proyecto en ciernes en una operación a lo grande.
Antes de poder darnos ni cuenta, la fiesta de Rama (y su jubilación) ya eran historia e íbamos de camino a investigar los trabajos mineros de la Hermandad de Jade en Hondonada de Gyala.
Tras descansar los ojos contemplando el serpenteante recorrido del tren a la Hondonada de Gyala, me desperté y me reuní con Rama y Gorrik para investigar la zona e interrogar a la gente de la Hermandad. Mientras dos de esas personas atendían a un minero herido, un grito me llevó hasta Yao, a quien estaba atacando un mech fuera de control.
Cuando logré desactivarlo, Yao lo reprogramó y me puso al día de unos cuantos rumores. Seguí interrogando a más miembros de la Hermandad, pero sus respuestas fueron desde ridículas a directamente incomprensibles (cuchicheos, quejas, gente hablando al revés...).
Otro grito me llevó hasta el líder de la Hermandad de Jade, Chul-Moo, a quien había atacado uno de los suyos, Jin-Lee. Nos vimos en la obligación de combatir a su atacante, porque Chul-Moo había dudado si defenderse o no, al ser Jin-Lee uno de los suyos.
No estaba claro que Chul-Moo hubiera hecho algo para enfurecer a Jin-Lee o si existía alguna otra motivación para el ataque. Yao convenció a Chul-Moo de seguir indagando y ambos decidieron adentrarse más en la mina.
Me aventuré a explorar confines más profundos de la mina, donde tuve que lidiar con una espesa niebla denominada "la bruma" que dificultaba enormemente la respiración. Gorrik contactó conmigo por el comunicador y me pidió que escanease en varias ocasiones la concentración de bruma en las Cuevas Aullantes para saber más de aquel fenómeno; al parecer, estaba haciendo enfermar a los mineros. Y puede que cosas peores.
Tras escanear unas cuantas muestras y transmitir los datos, Gorrik se puso en contacto conmigo con tono de agobio, pero la señal se cortó. Después volvió a llamar y sonaba más recompuesto..., aunque, esta vez, las interferencias tampoco permitieron una llamada fluida. Era como si una siniestra voz se inmiscuyera en nuestra conversación. Gorrik siguió hablando como si no lo oyera, pero yo juro que ahí había alguien. Y sonaba extrañamente familiar.
Gorrik me pidió que comprobara cómo reaccionaban las nubes de bruma al jade. Empecé a pensar que lo de la voz había sido un producto de mi imaginación, pero, tras completar el experimento de Gorrik, se me ocurrió preguntarle si había oído a otra persona en la línea. En vez de Gorrik, quien me contestó fue la voz siniestra, burlándose de mí. O eso me pareció a mí. Gorrik, por su parte, no oyó nada.
No puedo explicarlo. Conozco esa voz. Sonaba muy real. Pero es imposible...
Me reagrupé con Gorrik, Rama y Yao cerca del fondo de la mina en Terminal de los Luxon. Todos los integrantes del grupo parecían estar poniéndose cada vez más a prueba entre sí. No sé si sería el estrés o algún tipo de efecto secundario de exponerse a la bruma o qué...
Acabamos en un lugar sin salida, pero a Yao se le ocurrió una solución muy ingeniosa usando su mech, Finn. Reprogramó el dron de Finn para escanear el muro de la caverna en busca de puntos débiles y plantar cargas. Previa advertencia de Gorrik de que era muy probable que los niveles de bruma aumentaran a medida que descendiéramos, reventamos el muro y seguimos adentrándonos en la mina. Inmediatamente, nos vimos asaltados por atrocidades subterráneas.
Mientras luchábamos por abrirnos paso entre una serie de ataques de demonios, Gorrik me preguntó por las otras voces que yo había oído por el comunicador. No tenía muy claro que fueran reales, ni cómo responder a ellas, de haberlo sido. Por eso no lo hice.
Vi un resplandor al final del túnel, pero, al acercarme para distinguirlo mejor, sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago y me hubieran robado el aliento de los pulmones. ¡Cuando recobré la compostura, nos dimos cuenta de que el fulgor procedía de una línea ley!
El jade cercano resplandecía, imbuido de energía, aunque Gorrik afirmó que parecía desprender un "subproducto hediondo". Yao y él tenían la teoría de que, quizá, aquella era la causa de las luchas internas de la Hermandad que habían dinamitado su trabajo en la mina. Avanzamos por la caverna, inspeccionando más de aquel jade cercano.
Usamos la tirolina para superar una sima y llegar a una gran formación rocosa... y ahí es cuando mis recuerdos se desdibujan. Una criatura (una especie de demonio cambiaformas) nos atacó. Físicamente, sí, pero también me asaltó mentalmente, de algún modo. Gorrik, Rama, Yao... Todos desaparecieron de mi vista y en su lugar veía... a camaradas difuntos. Almorra y otros... sufriendo un ataque. Sus retorcidas palabras se me clavaban como puñales mientras oleadas de bestias tenebrosas se les echaban encima, con las heridas tan frescas como si acabaran de morir. Muertos por mi culpa. Con el poder de aquel demonio aplastándome mentalmente, no podía pensar, solo sentir...
Hubiera jurado que lo habíamos vencido, pero perdí el conocimiento. Escuché a mis camaradas gritando que nos retirábamos, mientras el demonio se sanaba como si no le hubiésemos asestado ni un solo golpe. Me arrastraron para ponerme a salvo.
Me desperté fuera de la mina con Gorrik, Rama y Yao inclinados sobre mí y preocupados, mientras mi cabeza al fin se iba despejando y la sensación de vulnerabilidad mental se disipaba. Por lo que he podido recomponer de mi experiencia y de las teorías de Gorrik, el demonio había invadido mis pensamientos, aferrándose a las emociones más descarnadas que pudo hallar. Se sirvió de alucinaciones combinadas con una vulnerabilidad inducida por la bruma para anularme. Y, mientras se alimentara de la línea ley, era imposible detener a aquella cosa.
Si pudiéramos de algún modo derrotar al demonio, la línea ley y los recursos de jade de la Hondonada de Gyala podrían ser la solución a la merma de suministro energético de Cantha. La clave es dilucidar cómo conseguirlo con una entidad demoníaca inimaginable defendiendo su potestad sobre la línea ley.
Estoy deseando saber lo que andan planeando Gorrik y Taimi. Seguro que implica reabrir viejas heridas, pero hay cicatrices que más valdría dejar curar.
Investigación profunda
...
Lo que yace dentro
Me doy cuenta de que hace lo suyo de mi última actualización. Hablando con sinceridad, mi encuentro con ese demonio, el llamado "trotamundos voraz", me costó más de lo que quisiera admitir. Aunque me he recuperado bien físicamente, sigo sintiendo agotamiento. Años de batalla, liderazgo, perder a seres queridos.... Todo eso se cobra su precio. En todo caso, tenemos un problema entre manos y la cosa no puede esperar a que yo me tome un día de spa para despejar mis ideas. Es hora de lidiar con esto de una vez por todas.
Tras ponerme al día con Gorrik, Taimi y Yao, me aventuré a cruzar Tyria para repasar algunos momentos cruciales de mi pasado. Aunque fue difícil revivirlos, conseguí controlar su potencia emocional para cargar nuestro nuevo invento, el rememorador. Esperemos que sea suficiente para mantener a raya a los oni que acechan en la mina de la hermandad y para atraer al trotamundos a la superficie.
Aunque revivir mis recuerdos fue agotador psicológicamente, la experiencia me dejó una sensación de calma que no había experimentado en años. Plantar cara a mi pasado me ha descargado de parte de la culpa y la pena que me han acompañado este tiempo. Sé que no hay cura mágica para lo que estoy experimentando, pero, poniéndome cara a cara con las realidades de mi pasado, he logrado en cierta medida cerrar heridas. Además, contar con aliados en esta lucha —aunque no sea el mismo tipo de ayuda a la que acostumbro en combate— hace que el proceso resulte menos solitario. Su calidez me ha brindado una nueva perspectiva muy necesaria. Cada uno de ellos ha afrontado dificultades y ha dado con su modo particular de superarlas. Eso me inspira un gran respeto por ellos y esperanza para mí.
¡El rememorador está cargado de resonancia emocional! Tras armarnos con la runa kurzick de Chul-Moo (y pasar por alto su cuestionable estatus legal), estamos preparados para atraer al trotamundos y alejarlo de la seguridad de la línea ley. Personalmente, mi conciencia lo lleva mejor si no pienso demasiado en cómo ha conseguido Chul-Moo sus suministros.
Rama y yo también hemos viajado a Echovald a practicar el arte de los encantamientos de sellado. Teniendo en cuenta el poco tiempo de preparación, a Rama no se le ha dado mal conjurar el encantamiento de sellado. Demuestra la enorme fortaleza que tiene. Mantener viva la tradición, reconectar con tus antepasados... no es moco de pavo, sobre todo si tu entorno no lo apoya precisamente. Sin embargo, tengo fe en que el encantamiento le saldrá bien durante nuestra huida. Y, ahora, por fin es el momento de poner en marcha nuestro plan.
¡Tirando de inventiva, planificación y una dosis de improvisación, lo logramos! Conseguimos atraer y derrotar al trotamundos voraz. Aunque no sin coste... Hubo momentos en los que me preocupaba que el trotamundos demostrara ser una amenaza mental y física demasiado portentosa. Pero mis aliados demostraron fuerza y perseverancia hasta el final. No fue sencillo. También presencié algunos de sus recuerdos de angustia mental. Admito que me hizo sentir un poco mal. Yo, más que nadie, soy consciente de la vulnerabilidad y el dolor que implican momentos como esos. Pero todo ello me hizo sentir un respeto aún mayor por ellos, conociendo algunos de los momentos difíciles que los habían convertido en quienes son ahora. Poder tomar distancia de eso es como una victoria. Y, como Gorrik dijo, siento que todo queda justificado declarando todo ese calvario "caso cerrado".
¡Una cena para el recuerdo! Con bastante poca antelación, Rama nos invitó a Gorrik, a Taimi y a mí a unirnos a la ministra en funciones Min a una reunión en la Casa de Té del Pato Rojo. Sospechaba que Rama tenía en mente conseguir una relación romántica con Min, pero esta invitación me lo confirmó. Gorrik y Taimi me hicieron el "favor" de recurrir a unas cuantas de nuestras amistades locales para que yo tuviera una pareja para la ocasión. Aunque no creo que fuera absolutamente necesario, admito que me lo pasé en grande. Y lo que es más importante, Min también. Dejando a un lado unos cuantos deslices, la cita fue bien, y parece que pudiera ser el principio de algo maravilloso entre Rama y Min.
En cuanto a mí, tras las experiencias de las últimas semanas siento... más ligereza. Supongo que se debe a haberme enfrentado a mis propios demonios, sean metafísicos o metafóricos, ¡o una inquietante mezcla de ambos! El proceso de curación no es instantáneo, sino gradual. Con trabajo constante se hace más llevadero, hasta que un día el dolor es la excepción. Puede que nunca se vaya por completo, pero cuando algo tiene tanto impacto en tu vida, quizá sea mejor que parte de ello permanezca en ti, como recordatorio de lo lejos que has llegado y todo aquello por lo que has pasado para llegar a este lugar.
Interludio: Adelante
- 1336 d.É / 1846 CC
No fue fácil escuchar lo que Aurene tenía que decirme: que se va. Ocupar su lugar como conducto del equilibrio mágico de Tyria; la Alquimia eterna, el todo... En fin. Sabía que este día llegaría, pues esto es para lo que hemos estado preparando. Esperaba que fuese dentro de muchos años... Quizá incluso después de que mi tiempo en este mundo ya hubiera pasado. Pero no, ya se ha marchado. Siento un agujero en el estómago, aunque sepa que está ahí fuera..., en algún lugar. Me he planteado si debería haber ido con ella, pero Aurene tiene razón: aquí tengo un lugar y una responsabilidad. Cosas que solo puedo hacer yo, así que toca dejar ir. Tengo que seguir avanzando. Por ella.
Ya lo dijo la propia Caithe: con Aurene, siempre deberíamos esperar lo inesperado. Lo único que lamento es no decir "adiós". No me siento con capacidad para cerrar esa puerta. No del todo, aún no.
Nos volveremos a ver pronto, camarada.