Maleza enredada
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Maleza enredada
- Año
- 1325 d.É
- Argumento
- Historia personal
- Capítulo
- Justicia para Riannoc
- Localización
- Asentamiento de Ascalon
(Campos de Gendarran) - Nivel
- 30
- Raza
Sylvari- Orden
Orden de los Susurros- Precedido por
La manzana podrida Problema de raíz- Seguido por
- Preparativos
- API
- 243
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Maleza enredada es parte de la historia personal para los personajes sylvari que decidieron convertirse en miembros de la Orden de los Susurros en la misión anterior.
Objetivos[editar]
Derrota a Mazdak el Maldito.
- Reúnete con Cai en el Asentamiento de Ascalon.
- Ayuda con la evacuación de la ciudad.
- Habla con Noctis, líder harathi.
- Sigue a los harathi hasta el Asentamiento de Ascalon.
- Derrota a Mazdak el Maldito.
- Habla con Cai.
Recompensas[editar]
Clic aquí para editar los datos de recompensa
- Todas las profesiones
- 6523
Esquirla espiritual
Morral de semillas espinosas (selecta)
Poder del susurro
Contenedor de armas de la Orden de los Susurros
- Profesión específica
Guía[editar]
En el asentamiento reúnete con Cai y Caithe. Durante la misión empuñarás la Caladbolg, que tiene las siguientes habilidades:
| # | Habilidad | 
|
|
Descripción |
|---|---|---|---|---|
| 1 | Espada amanecer | ½ | Das un tajo a tu enemigo y lo repites mientras echas el brazo hacia atrás. | |
| 1 |  Arco de intermitencia
|
½ | Ataque de media distancia con la espada. | |
| 2 | Electrolizar | ½ | Golpeas a varios enemigos con arcos de relámpago en cadena. | |
| 3 | Descenso | 1 | 5 | Aplastas al enemigo y lo derribas. |
| 4 | Estrépito del crepúsculo | ½ | 8 | Rechazas a todos los objetivos que tienes delante de ti. |
| 5 | Golpe vorágine | ¾ | 10 | Destrozas a los enemigos que te rodean con una locura giratoria mientras disparas proyectiles. |
Entonces habla con los aldeanos del pueblo para que acaben de evacuar. En la salida este ayuda a una aldeana que está siendo asaltada por piratas, y continúa hacia el norte para encontrarte con los harathi. Ahí Cai se encarga de convencerlos de que vayan hacia el asentamiento.
Vuelve a la población con los centauros y prepárate para el ataque de los resurgidos. Puedes ir yendo hacia la parte suroeste, que es donde aparecerá Mazdak. Ábrete paso entre los resurgidos hasta llegar al cementerio y derrota a Mazdak.
Habla con Cai para acabar la misión.
PNJs[editar]
Aliados[editar]
- Agorero Senug
- Aldeano
- Arquero serafín
- Caprice Vonne
- Gaviella
- Guardia serafín
- Lord Penley Marduke
- Myrna
- Niño
- Teniente Lokam
- Serafín
- Sirviente Dunbar
- Sirviente Patriv
- Trabajador
Enemigos[editar]
- Criaturas ambientales
- Humano
- Abominación resurgida
- Apestado resurgido
- Bruto resurgido
- Humano resurgido
- Mazdak el Maldito
- Siervo resurgido
Objetos[editar]
- Lotes
Diálogo[editar]
En llegar al Asentamiento de Ascalon:
- Cai: ¡Corre! ¡Por aquí!
Cinemática:
- Cai: ¡Ahí estás, iniciado! ¿Te apetece sembrar un poco el caos, al estilo de la Orden de los Susurros?
- <Nombre del personaje>: Claro, Cai..., pero ¿dónde están todos? El pueblo parece casi vacío.
- Cai: Los agentes de la Orden de los Susurros se valieron de sus influencias para exigir el pago de las deudas de juego del teniente serafín Lokam. Ha dado la orden de evacuar la aldea a cambio de hacer borrón y cuenta nueva.
- Cai: No tardarán en volver, pero mientras tanto, nos reuniremos con los centauros Harathi y los convenceremos para que vengan al asentamiento.
- <Nombre del personaje>: ¿Vamos a dejar la ciudad en manos de los centauros? ¿De qué servirá eso para derrotar a los muertos vivientes?
- Caithe: Ya veo adónde quiere llegar Cai con esto. Piensa como espía, no como soldado, amigo.
- Cai: ¡Es una trampa, claro! Los muertos vivientes invadirán la aldea, y cuando lleguen aquí, se enfrentarán a los centauros.
- Cai: Cuando los dos grupos se hayan diezmado entre sí, los Serafines volverán para recuperar ciudad. Lokam quedará como un héroe...
- Caithe: Y, entre tanta confusión, nosotros tres apuñalaremos a Mazdak por la espalda mientras su ejército está ocupado. Así me gusta a mí luchar.
- <Nombre del personaje>: Es un plan brillante. Comencemos.
Convenciendo a los aldeanos de que evacúen:
- Cai: Ya voy.
- Cai: Tenemos que sacar a todo el mundo de aquí. ¡Si los centauros los ven, los arrollarán!
Haré que se den prisa.
- Aldeana: ¿Abandonar? ¿Por qué? La aldea es totalmente segura.
- Trahearne: Dejará de ser segura pronto. Los orrianos están en camino. Tienes que evacuar.
- Aldeana: ¿Evacuar? ¡Pero es mi hogar! ¡Todas mis cosas están aquí!
- Trahearne: Puedes conseguir otras. Pero vidas no. Campeón, ¿la haces entrar en razón?
- Trahearne: Un momento, por favor. Esta negociación es delicada.
- Estoy aquí si me necesitas.
- Aldeana: Déjame a solas. Es muy peligroso ahí fuera. ¡No puedo abandonar mi oro!
No hay nada fuera que sea peor que lo que va a pasar aquí. ¡Centauros! ¡Muertos vivientes!
- ¿Un ejército viene hacia aquí? Vaya, puede que deba hacerte caso. ¡Qué ferocidad!
Rápido, coge tus cosas y corre hacia las colinas.
Estúpidos humanos. Os deshonráis a vosotros y a vuestros ancestros.
- Mis ancestros... Sí. Huyeron de Ascalon para que pudiéramos sobrevivir. No debería olvidar eso solo por cabezonería. Tienes razón.
- Bien dicho. Encuentra un escondite y los serafines os avisarán cuando todo esté despejado.
Eres lo suficientemente lista y astuta para recuperarte de esta pérdida.
- Pero... Bah, a Grenth con el oro. Mis abuelos dejaron atrás mucho más que eso cuando se fueron de Ascalon. Me recuperaré.
- Confía en mí. Seguirás teniendo un hogar cuando esto acabe. ¡Ahora, fuera!
- Luego hablaré contigo.
- Trahearne: Hay que despejar de inocentes este sitio. ¡Rápido, por favor!
- Sí.
- Agorero Senug: ¡Maldición! ¡Maldición!
- Caprice Vonne: Sí, maldición. Vamos. El teniente Lokam ordenó la evacuación de todos y eso te incluye a ti.
- Aldeana: Los harathi no me asustan. Solo son centauros y ya les hemos derrotado antes. ¿Por qué hay que irse?
- Caithe: Si te quedas, te matarán los muertos vivientes. Los centauros no son el problema. Ellos son la solución.
- Aldeana: ¿Me matarán? ¿Me estás amenazando? ¡Tú tampoco logras asustarme!
- Caithe: Heraldo. Encárgate de este, sino lo pelaré como a una manzana.
- Caithe: Necios, cortos de miras... Déjalos. Hemos invertido demasiado aquí como para preocuparnos por esos estúpidos arrogantes.
- No, tenemos que intentarlo. Deja que hable con ellos.
- Aldeana: ¡Estas tierras pertenecen a mi familia! ¡No me voy a ir porque tembléis al viento, hierbajos!
- SI de verdad tienes ganas de morir, puedo encargarme de eso por ti.
- No serías capaz. Bien. ¡Me voy! ¡Si le pasa algo a mi casa, te perseguiré y construiré otra con la madera de tu cuerpo!
- ¡Amenázame cuanto quieras pero márchate!
- ¿Caithe arriesga la vida por ti y tú dices que es una enemiga?
- ¿Su vida? Yo... ella... Bueno, he oído que es amiga del capitán Thackeray... Bien. Me iré. ¡Por ahora!
- Gracias por tu confianza.
- No pasa nada. ¡Es evidente que esta poderosa luchadora puede encargarse ella sola de todo el ejército de muertos vivientes!
- Espera, ¿qué ejército de muertos vivientes? ¿A dónde han ido los Serafines? ¡Tengo que ir con los Serafines!
- Será mejor que te des prisa y los alcances.
- Luego hablaré contigo.
- Cai: Esto va a ser interesante. Vamos a ver qué pasa, ¿de acuerdo?
- Caithe: Bien hecho. Venga, despejemos la zona y luego hablaremos con los centauros.
- Puedo hacerlo.
- Teniente Lokam: No hay más tiempo. Haz otro barrido en busca de rezagados y ve a la zona segura.
- Serafín: Sí, señor. ¿Seguro de que podemos fiarnos de los sylvari?
- Teniente Lokam: No tienes que confiar en ellos, sargento. Como miembro de los Serafines, solo debes confiar en mí. Tienes tus órdenes.
- Serafín: Entendido, señor.
- Teniente Lokam: Las casas y los bienes están en peligro. Espero que tu orden sepa lo que está haciendo.
- Sé que es un gran sacrificio, pero es necesario.
- Sacad de aquí a los que se resistan. He oído algo de tumulto en la puerta este. Tendrás que ir también.
- Gracias, sargento. Ahora, a cubierto.
- Yo me encargo de todo.
Saliendo de la aldea:
- Cai: Esos piratas están explotando a los evacuados. Puede que yo no tenga escrúpulos, pero eso es demasiado mezquino. ¡Vamos a darles una lección!
- Aldeana: ¡Ayuda! ¡Piratas! ¡Suelta mis cosas, rata de los mares!
Acercándote a los centauros:
- Cai: Ha salido bien. Ahora hay que convencer a los centauros. Déjame hablar a mí, ya he engañado a estos carapezuñas antes.
- Qué ganas tengo de verlo.
- Caithe: Ahora hay que coaccionar a los centauros. Espero que tengas un buen farol preparado.
- Haré lo que pueda, pero tened listas las armas. Por si acaso.
- Trahearne: Me quedaré aquí y vigilaré la llegada del ejército de muertos vivientes. Tú encárgate de los centauros.
- ¡Voy!
- Cai: Deja que yo hable. Estos harathi no son tan tontos como parecen.
- Centauro: Esto ha ido demasiado lejos. ¿Decías que querías negociar? Habla.
- Cai: Noctis nos está esperando. ¿Quieres explicarle por qué nos rechazaste, cara de pezuña?
- Centauro: Muy bien. Puedes entrar, pero camina de forma respetuosa o jamás saldrás de aquí con vida.
- Noctis en Magullacaras: ¡Espíritus planta! Por el alma viva de la tierra, no creía que fuera cierto.
- Cai: Somos espíritus de la tierra. Estamos enfadados con el Asentamiento de Ascalon. Hemos usado la magia para ahuyentar a los humanos.
- Cai: ¡Echad un vistazo! Las puertas están abiertas y las calles vacías. Ve y reclama tu recompensa, centauro.
- Centauro: ¡Noctis! Los humanos están huyendo por el monte. ¡El espíritu no miente! ¡La aldea está indefensa!
- Noctis en Magullacaras: Galopa al asentamiento humano inmediatamente. ¡Benditos seáis, espíritus! ¡Los harathi no olvidarán vuestras proezas!
- Cai: Será mejor que nos demos prisa si vamos a ver el espectáculo. ¡Qué divertido!
- Esos centauros no tienen ni idea de en lo que se han metido.
- Caithe: Vienen los resurgidos. Puedo sentir su presencia en el viento.
- Estaremos preparados.
En llegar de vuelta a la aldea:
- Noctis en Magullacaras: ¡Increíble! En la ciudad reina un silencio de muerte. Sois espíritus nobles y amigos de los harathi.
- Trahearne: Los resurgidos marchan hacia el Asentamiento de Ascalon. Tendremos que trabajar juntos para defender este lugar.
- Noctis en Magullacaras: ¿Qué es esto? ¿Los muertos vivientes? ¡A las armas! ¡Los harathi no hemos recuperado esta tierra para ver cómo cae presa de la corrupción!
- Cai: ¡Tenemos que encontrar a Mazdak! ¿Qué te apuestas a que se apega al estereotipo? ¿Comprobamos el cementerio?
- Tiene sentido. ¡Vamos!
- Caithe: Los resurgidos están dispersos y confusos. ¡Hay que atacar ya a Mazdak!
- ¡Claro que sí!
- Trahearne: ¡Deprisa! ¡Tenemos que acabar con Mazdak!
- ¡Por fin vengaremos a Riannoc!
Cuando empieza la batalla:
- Cai: Recuerda, nuestra prioridad es el liche. No pierdas el tiempo luchando contra otros si puedes evitarlo.
Luchando contra Mazdak:
- Mazdak el Maldito: Aventurerillos patéticos... Venid a luchar contra mí.
- Mazdak el Maldito: ¡El tacto de esa espada quema la piel! ¡No puede ser! (75% salud)
- Mazdak el Maldito: ¿Planeas vengar la muerte de tu familiar? Morirás, al igual que él. (50% salud)
- Mazdak el Maldito: ¡Nadie puede derrotarme! Romperé la espada de Caladbolg... ¡Y a ti junto con ella! (25% salud)
Derrotando a Mazdak:
- Cai: Vaya. La defensa de los centauros cae... justo cuando los Serafines quieren reconquistar la ciudad.
- Noctis en Magullacaras: ¡Vienen los Serafines! ¡Malditos sean esos espíritus embaucadores! ¡Retirémonos!
- Caithe: Deberíamos saborear la victoria. Ha sido duro. Ahora tengo que reflexionar sobre nuestro próximo movimiento.
- Por supuesto.
Cinemática con Cai:
- <Nombre del personaje>: Mazdak el Maldito ha muerto. Por la espada de Caladbolg, Riannoc a sido vengado.
- Cai: ¡Bien hecho, iniciado! Tu astucia y arrojo han dejado desconcertados a esos muertos vivientes. ¡Es un honor contar contigo en la Orden de los Susurros!
- Cai: Y ahora, a por el resto de tu iniciación. Ve a Arco del León. Allí se pondrá en contacto contigo un mercader de manzanas. Reúnete con él para recibir tu primer encargo formal.
- <Nombre del personaje>: Gracias, Cai. Cuenta conmigo.
- <Nombre del personaje>: ¿Caithe? Estás muy tranquila. ¿Estás herida?
- Caithe: No. Estaba pensando. Riannoc murió antes de completar su Caza sylvestre. Fracasó porque estaba solo.
- Caithe: Si queremos derrotar a Zhaitan el miedo o la rabia no deben separarnos. Si no encontramos el modo de derrotar a los dragones, Tyria caerá.
- Caithe: Dime, amigo... ¿Crees...? ¿Crees posible que la gente deje atrás sus diferencias? ¿Que se unan?
- <Nombre del personaje>: Los Sueños nos inspiran, Caithe. No debemos perder la esperanza, ya que nos apartaremos del Sueño.
- Caithe: Entonces también debo ir a Arco del León. Es hora de unir al Filo del Destino.
- Trahearne: Con tu permiso, devolveré Caladbolg al Árbol Pálido. Le contaré la historia de la derrota de Mazdak.
- <Nombre del personaje>: ¿Volveré a verte, Trahearne?
- Trahearne: Sí. Estoy seguro. Nuestras Cazas salvajes están unidas, amigo. Nos necesitaremos el uno al otro.
- Trahearne: Que tu camino se llene de aventuras y felicidad. Hasta la próxima.
Hablando con los PNJs:
- Cai: ¡Eso ha sido fantástico, iniciado! Sé que lo harás genial en la Orden de los Susurros.
¿Vienes conmigo a Arco del León?
- No, me quedaré en la Arboleda y ayudaré a los demás. No te preocupes, los Preceptores te asignarán un mentor que te enseñará todo.
- ¿Un mentor? Interesante. Gracias por todo, Cai.
- Tengo ganas de formar parte de la Orden.
- Caithe: Al final, Mazdak también era mortal, y todo mortal puede ser derrotado. Nos vemos en Arco del León, <Nombre del personaje>.
- Antes de irte, ¿puedes hablarme de Filo del Destino?
- Logan, Rytlock, Eir, Snaff, su aprendiz y yo. Nos estábamos preparando para luchar contra Zhaitan[sic]... pero todo acabó mal.
- ¿Luchar contra Zhaitan[sic]? ¿Crees que podrías haber ganado?
- ¿Entonces? Sí. Pero ahora no. No cuando están tan... divididos. Quizá yo pueda hacerles entrar en razón.
Quizá. ¿Puedo hacerte otra pregunta?- Nos vemos allí.
- Pues adelante, hacia Arco del León. ¿Algún lugar en concreto de la ciudad?
- En el Foro del Comerciante, donde fundamos Filo del Destino. Espero que les recuerde días mejores.
- Parece razonable. ¿Puedo hacerte otra pregunta?
- Muy bien. Nos veremos allí.
- Nos vemos en Arco del León.
- Trahearne: Bien hecho, <Nombre del personaje>. Que sepas que si me necesitas, estaré ahí. Nuestras Cazas Sylvestres nos reunirán de nuevo.
- Deberías venir conmigo.
- No, creo que no. Tengo que investigar más en Orr. Te irá bien por tu cuenta. Lo sé.
- ¿Qué le pasará a la Caladbolg? (igual que abajo)
- Cuídate, Trahearne.
- ¿Qué le pasará a la Caladbolg?
- Devolveré la espada al Árbol Pálido. Si alguien la necesita, seguro que volveremos a verla.
- Deberías venir conmigo. (igual que arriba)
- Espero que tengas razón.
- Espero verte pronto.
- Caprice Vonne: ¡Puaj! ¡Este sitio huele a cuadra sucia! Pero... no han destruido nada. Supongo que tengo que daros las gracias.
- De nada.
- Teniente Lokam: ¡Lo has conseguido! Muertos vivientes derrotados, ¿los centauros se han desviado? ¡Debería acumular más deudas de juego si todas van a terminar así!
- Si fuera tú, me sentiría afortunado y dejaría los dados de una vez.
Mi historia[editar]
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