GW2Wiki:Historia previa a PoF

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LOS DRAGONES ANCIANOS[editar]

Hace diez mil años, los Dragones ancianos despertaron. Como ahora, tenían hambre. Como ahora, empezaron a comerse toda la magia que pudieron encontrar, destruyendo Tyria y a sus habitantes en el proceso. Y exactamente como ahora, a esos habitantes no les hizo gracia.

Sabemos que había cinco razas inteligentes que usaban magia y que sobrevivieron la última vez que los Dragones ancianos despertaron: los Jotun, los Enanos, los Videntes, los Mursaat y los Olvidados. Ellos se dieron cuenta de que los Dragones andaban detrás de la magia, no de ellos, e idearon un plan: encerrarían toda la magia para que los Dragones no pudiesen conseguirla. Esto también significaría que tampoco ellos podrían usarla, pero la vida sin magia es mejor que perderla. La idea era que, al no tener magia que comer, los Dragones volverían a dormirse.

Los Mursaat podían hacerse invisibles, más que invisibles de hecho: podían ocultarse más allá del mundo y existir en una especie de dimensión paralela. Los Dragones no podían seguirlos hasta allí. Aunque inicialmente acordaron seguir el plan, los Mursaat cambiaron de idea: preferían mantener su magia y esconderse en vez de cederla, dejando a las otras razas solas con su destino.

Las 4 razas restantes siguieron adelante con el plan original, y los Videntes sellaron toda la magia que poseían entre todos dentro de una piedra gigante. Esta piedra es actualmente conocida como Hematites.

Los Olvidados poseían un tipo de magia que no podía ser corrompida por los Dragones, así que no era necesario encerrarla. Ellos usaron esta magia para llevar a cabo un ritual que liberó a uno de los campeones del Dragón Anciano Kralkatorrik. El nombre de este dragón era Glint. Glint era todavía, y parecía, un siervo de Kralkatorrik, pero el ritual de los Olvidados le devolvió su libre albedrío. Inicialmente continuó sirviendo a su amo, pero tras escuchar sus pensamientos y los pensamientos de sus víctimas, comenzó a alejarse de él. Ella se convirtió en una poderosa aliada de las antiguas razas y las escondió de los Dragones ancianos hasta que estos volvieron a dormirse.

Un grupo de Enanos agradecidos creó la Hermandad del Dragón, jurando proteger a Glint y a su legado. Glint y los Olvidados comenzaron a prepararse para la próxima vez que los dragones despertasen, porque eso volvería a ocurrir de forma inevitable. Glint también podía ver el futuro a veces, e hizo algunas profecías que resultaron ser ciertas. Ella fue quien ayudó a las antiguas razas, y más tarde a los humanos, con muchas de las cosas que ocurrieron en Tyria (GW1).

Respecto al resto de las cinco antiguas razas, los Videntes se extinguieron al perder una guerra contra los Mursaat. Los Jotun sufrieron siglos de luchas y guerras civiles que destruyeron su cultura y todo el conocimiento y tecnología que tuvieron una vez, razón por la cual hoy los conocemos como esos gigantes primitivos que son. Los Enanos se petrificaron entre el GW1 y el GW2 para detener a su archienemigo (uno de los campeones de Primordus). Los Mursaat vivieron prósperamente en sus ciudades durante siglos, y en algún momento entraron en contacto con los humanos. Los Olvidados se extendieron por toda Tyria y gobernaron el continente pacíficamente. Hasta que llegaron los humanos.

Los Humanos y La Magia[editar]

Hace un par de miles de años, los dioses humanos llegaron a Tyria desde la Niebla. Dwayna fue la primera y trajo consigo algunos humanos, esperando que Tyria se convirtiese en un paraíso para ellos. Balthazar fue el segundo dios en llegar, e incitó a los humanos a que se quedaran a cargo de todo el mundo y lo dominasen. Los humanos pusieron tanta pasión en esto que los Olvidados, tras intentar retenerlos, se rindieron y se retiraron al Desierto de Cristal con Glint. Se les llama los Olvidados porque los humanos casi han olvidado que una vez existieron.

Los dioses hicieron de Arah su hogar y recogieron muchos artefactos poderosos, siendo uno de ellos la Hematites. En algún momento, después de que los humanos se establecieran y se convirtieran en una de las razas más poderosas de Tyria, uno de los dioses humanos, Abaddon, dio la magia que estaba dentro de la Hematites a las razas inteligentes de Tyria. Quería que su lucha por sobrevivir fuese más fácil para ellos.

Aquello resultó un fracaso. La magia hizo que todos quisieran poder, las guerras estallaron por todo el mundo y los humanos en particular estuvieron a punto de extinguirse. Todos los humanos de Tyria se unieron a la llamada de un rey en este momento, el rey Doric. Él fue a ver a los dioses en Arah y les suplicó que encerraran la magia de nuevo. Los dioses, tras deliberar, decidieron concederle ese deseo. Es decir, 5 de 6 dioses. Abaddon se opuso y tras una breve guerra fue encerrado por los otros dioses. Los Olvidados se convirtieron en los guardianes de su celda.

Los dioses no encerraron toda la magia, sino parte de ella, en la Hematites. La sellaron con la sangre del rey Doric (de ahí su nombre actual), y la dividieron en cinco pedazos. 4 de estas piezas representan un tipo de magia: Protección, Agresión, Negación y Destrucción. Debido a que la magia había sido dividida, nadie sería capaz de dominar todos los tipos de magia a la vez, sólo uno de ellos, así que estarían obligados a trabajar juntos (la razón por la que dividir la Hematites tiene este efecto es un misterio). La quinta pieza de la Hematites es la clave, y es necesaria para juntar las otras 4 piezas si alguna vez alguien lo deseara.

Entonces, los dioses tiraron las cinco piezas dentro de un volcán (¿por qué? ¿Dramatismo?), y se hartaron tanto de los humanos que abandonaron Tyria. Esto se conoce como el Éxodo de los Dioses, y afectó tanto a la sociedad humana que basaron su calendario en esto: el año en que los dioses se fueron es el año 0, todo lo ocurrido antes es AE (Antes del Éxodo), y todo lo que ocurre después es DE (después del Éxodo).

Este volcán era el más grande de las Anillo de Fuego, y se llamaba la Boca de Abaddon. El volcán entró en erupción más tarde, dispersando 4 de las 5 piezas por toda Tyria. La quinta pieza volvió a caer dentro del volcán. Una de las piezas cayó en el Pantano de la Hematites, y otra en Picosescalofriantes (en un lugar que formaba parte del GW1, pero no del GW2 (todavía)). No se sabe dónde cayeron las otras 2 piezas.

Los Mursaat y el Manto Blanco[editar]

Los Mursaat parecían humanoides, flotaban, vestían armaduras doradas y tenías alas de plumas negras en su espalda. Debido a que ellos nunca encerraron su magia dentro de la Hematites, son más poderosos que cualquier otra raza viva de Tyria, salvo quizás los 6 dioses. No son luchadores: usan su magia para crear Constructos de Jade que luchan por ellos. Además de esto, poseen la ventaja de la invisibilidad que mencioné anteriormente. Es decir: más vale que no sean tus enemigos... Lástima que sean tus enemigos.

Tras unos miles de años después del Éxodo de los Dioses (durante el GW1), los humanos de Kryta se dividieron en 3 reinos: Kryta, Ascalon y Orr. Un humano llamado Saul D'Alessio fue desterrado del reino de Kryta. Perdido en la jungla y a punto de morir, encontró la ciudad de los Mursaat. Ellos le salvaron la vida. Para él, los poderosos Mursaat parecían dioses, y los llamó "Los Ocultos" (porque, ya sabes, eran invisibles). Comenzó a adorarlos y reunió a un pequeño grupo de seguidores en Kryta. Este fue el comienzo del Manto Blanco.

Los humanos, en este periodo, estaban bajo los ataques de los Charr (esto se conoce como la Invasión Charr). Tras ver cómo Ascalon caía y Orr se hundía en el mar tras un desesperado acto de su rey, éste se rindió y huyó, convirtiendo a Kryta en un caos sin un líder que la gobernase. El Manto Blanco (que era un pequeño grupo por entonces), se encaminó de noche al Campamento Charr y, con la ayuda de los Mursaat, destruyó su ejército. Los Mursaat mataron entonces a la mayoría del Manto Blanco porque no querían que la gente supiera que eran criaturas mortales y no dioses, pero dejaron vivos a 3 integrantes del grupo que estaban dispuestos a seguir adorándolos como dioses. Estos 3 humanos volvieron a Kryta como héroes e hicieron del Manto Blanco allí una organización religiosa y militar que pasó a controlar Kryta. Uno de estos 3 integrantes es el magistrado Hablion, cuyo fantasma se mata en el Pantano de la Hematites.

El Manto Blanco gobernaba Kryta con mano de hierro y la defendía de los resurgidos que atacaban desde Orr. Pero también tenían un proyecto paralelo: una de las profecías de Glint era que los Mursaat serían aniquilados por los Titanes (criaturas demoníacas procedentes de otra dimensión). Evidentemente, los Mursaat no querían que esto ocurriese, así que sellaron el lugar de donde venían los Titanes con una puerta mágica. La puerta estaba reforzada con los sacrificios humanos que se llevaban a cabo en la Hematites del Pantano de la Hematites, realizados por... Exactamente, el Manto Blanco.

Por descontado, hicieron todo esto en secreto. Saul D'Alessio había viajado a una isla al norte de Kryta, Janthir, y encontró (o robó, apenas se sabe algo acerca de esta isla), un artefacto que podía mostrar si alguien tenía talento para usar la magia: el Ojo de Janthir. El Manto Blanco comenzó a recorrer Kryta buscando a gente con una gran capacidad para usar magia, los Elegidos, y se los llevó para "entrenarlos". Sus familias y amigos nunca volvieron a saber de ellos.

La Hoja Brillante[editar]

Como en todos los estados militaristas, especialmente en uno donde la gente desaparece misteriosamente, se formó un grupo de oposición secreto: La Hoja Brillante. Ellos se percataron de qué les ocurría realmente a los Elegidos y trataron de salvar a tanta gente como les fue posible. En un momento dado, abrieron la puerta mágica, liberando a los Titanes y acabando casi por completo por con los Mursaat (ésta es la historia principal en una de las campañas de GW1). El Manto Blanco, ahora sin sus poderosos "dioses" y temiendo perder el poder, estrechó su cerco en Kryta y comenzó a controlar a sus ciudadanos cada vez más. Esto hizo, por supuesto, que más gente apoyase a La Hoja Brillante. Al mismo tiempo, la heredera al trono llegó a su mayoría de edad (la princesa Salma), y junto con La Hoja Brillante, tomó Arco del León, que en aquel entonces todavía era la capital de Kryta.

Los pocos Mursaat restantes atacaron Arco del León. La Hoja Brillante defendió la ciudad usando técnicas y artefactos diseñados específicamente por los Videntes para contrarrestar la magia Mursaat (los Videntes habían desarrollado todo esto demasiado tarde para salvarse a sí mismos, pero les fue tremendamente útil a los humanos). Uno de estos artefactos era la espada llamada Hoja Brillante. La nigromante Livia, una ferviente integrante de La Hoja Brillante, jugó un gran papel en la eventual victoria y todos los Mursaat fueron asesinados.

Bueno... Todos menos uno. Lázaro "El Terrible" estaba tan desesperado por no morir que se fragmentó a sí mismo en 6 partes (aspectos), y escondió cada uno de ellos en una persona del Manto Blanco, haciendo que pareciese una bendición (cómo pudo hacer eso después de haberse fragmentado a sí mismo es todo un misterio). Después de que los Titanes fuesen derrotados, él regresó al lado de estas personas para reintegrarse (otra vez, ¿cómo?), pero descubrió que el proceso por el cual retomaba el aspecto de la persona en la que lo había escondido provocaba la muerte de ésta. No fue algo que molestase especialmente a Lázaro, pero los portadores del aspecto no lo apreciaron... El último portador se alió con un asura para tratar de extraer el aspecto sin matar al huésped. No lo consiguieron, pero dañaron severamente el aspecto. Cuando Lázaro lo recuperó, sintió que su poder se volvía contra él.

El Manto Blanco estaba ahora completamente desarticulado y la princesa Salma se convirtió en reina. Algunos de los miembros del Manto Blanco se retiraron al Pantano de la Hematites y se llevaron con ellos al ahora debilitado Lázaro. Durante doscientos años intentaron usar la magia de la Hematites para revivirlo y recuperarlo (algo que no sabíamos, por supuesto, hasta hace poco), y el Ojo de Janthir desapareció.

Otros miembros del Manto Blanco se unieron a la nueva milicia junto con algunos de La Hoja Brillante: éste es el inicio de los Serafines. El líder de La Hoja Brillante pasó a ser el líder de los Serafines, y la posición que dejó vacía fue ocupada por Livia.

Livia se mantuvo en este puesto hasta la vejez, cuando se retiró. Todo el mundo asumió que había muerto poco después, pero algunos cientos de años más tarde, Livia reaparece más joven que nunca (tal y como se relata en el Libro de los Lamentos). Ella afirma haber usado el Cetro de Orr, un poderoso báculo (sí, un báculo llamado Cetro), anterior al Éxodo de los Dioses para mantenerse joven. Nadie sabe cómo lo hizo exactamente, pero los Krytenses adoran contar espeluznantes historias en el Día del Rey Loco sobre cómo Livia vendió su alma o sacrificó a gente en las criptas debajo de Linde de la Divinidad. En GW2, todas las historias sobre ella son leyendas.

Glint y los Olvidados (MV2 y HoT)[editar]

Los Olvidados son un poco misteriosos. Parecen gigantes serpientes erguidas. Poseen un tipo de magia que los Dragones no pueden tocar. Son pacíficos, pero lucharán si han de hacerlo. Intentan proteger el mundo y son leales ayudantes de Glint.

La Hermandad del Dragón se forjó para proteger el legado de Glint (cualquiera que fuese), pero cuando los Enanos decidieron sacrificarse para destruir al Gran Destructor, hizo falta encontrar nuevos protectores. Un grupo de humanos provenientes de Cantha y Elona asumieron la tarea. Son los ahora conocidos como Cefiritas.

Hace unos doscientos años, los Olvidados construyeron Tarir para prepararse frente al nuevo despertar de los Dragones Ancianos. Era un lugar designado para mantener seguro el legado de Glint, así que podía salvar al mundo de los Dragones. Tarir es llamada "La Ciudad de los Olvidados" porque fue construida por ellos, no porque fuese olvidada. Hicieron que los Cefiritas superasen varias pruebas, y aquellos capaces de hacerlo fueron convertidos en Exaltados: gigantes armaduras flotantes que pueden "vivir" para siempre. Ya no son humanos. Su tarea es proteger la ciudad y lo que sea que haya en su interior. Los Exaltados terminaron de construir Tarir y pasaron entonces a un estado de hibernación esperando a ser despertados cuando se les necesitase. Los Olvidados se retiraron al Desierto de Cristal (¿quizás?) y no se les ha visto u oído sobre ellos desde entonces.

Cuando Kralkatorrik despertó de nuevo, justo antes del GW2, persiguió a Glint para matarla por su traición. El Filo del Destino trató de detenerlo, pero falló. Glint fue asesinada y gran parte de su madriguera, además de todos sus huevos salvo uno, fueron destruidos. Los Cefiritas recuperaron su cadáver para preservar la magia contenida en su cuerpo y evitar así que cayera en manos equivocadas. También encontraron los aspectos que a partir de entonces usaron para practicar magia (y que nosotros usamos para movernos por Cima Seca). Con esa magia construyeron aeronaves, la mayor de las cuales es el Santuario del Céfiro. El huevo que sobrevivió quedó en posesión del líder de los Cefiritas (todavía no sabemos cómo), el Maestro de la Paz.

Los Cefiritas vagaron por la tierra en sus aeronaves, sin apenas relacionarse con nadie salvo para comerciar. Algunos no Cefiritas viajaban con ellos algunas veces. En una ocasión, recogieron a un Sylvari mercader en Arco del León y él fue el primero en pisar una nave cefirita. Su nombre era Aerin. Los Cefiritas no lo sabían, pero Aerin luchaba en su mente contra la influencia de Mordremoth, y terminó perdiendo. Cumpliendo la voluntad de Mordremoth, provocó que el Santuario del Céfiro se estrellase en Cima Seca al intentar robarle el huevo al Maestro de la Paz (nosotros continuamos persiguiendo al Maestro de la Paz, pero para cuando lo encontramos, él ya está muriendo; nos encomienda el huevo, pero Caithe huye con él). Tarir y los Exaltados comenzaron a despertar cuando sintieron la proximidad del huevo durante todos estos eventos. Tanto el Maestro de la Paz como el Árbol Pálido habían tenido visiones de un lugar dorado en la jungla donde el huevo estaba destinado a recaer. Este lugar era, por supuesto, Tarir. Nosotros llevamos el huevo allí y los Exaltados nos cuentan que el huevo nos ha elegido como guardianes y héroes. Dejamos el huevo en Tarir porque ése es el lugar más seguro, y cuando Mordremoth intenta robarlo de nuevo aparece el meta evento del Valle Áurico. EL REGRESO DEL MANTO BLANCO (HV3)

El Manto Blanco se mantuvo en la sombra durante los anteriores 250 años desde GW1, pero estuvieron muy ocupados. El actual líder del Manto Blanco, Caudecus, está centrado en retomar el poder en Kryta y derrocar el trono, pero una gran parte de los integrantes, comandados por Xera, no apoyan esta obsesión y quieren centrarse en revivir a Lázaro, su verdadero líder. Sus seis aspectos están ahora escondidos en seis objetos (cuándo y cómo ocurrió esto es un misterio), y ellos intentan usar la magia de la Hematites en el Pantano de la Hematites para traerlo de vuelta a la vida.

Estos experimentos constantes provocan que la Hematites estalle. Algo o alguien absorbe mucho de su poder y nosotros descubrimos que ha sido Lázaro, o al menos, alguien que se le parece y dice llamarse Lázaro. La mitad del Manto Blanco (es decir, lo que queda del Manto Blanco después de que tantos hayan enloquecido con la magia de la Hematites), lo acepta inmediatamente como líder y se rebela contra Caudecus. Caudecus, obviamente, se enfada. Nosotros intentamos atraparlo pero escapa.

Poco tiempo después, el huevo de Glint se rompe y el polluelo es atacado por destructores (los siervos de Primordus). Al defenderlo, Lázaro aparece de repente en medio de Tarir para ayudarnos. Tras la pelea propone un pacto con el comandante aduciendo que también él quiere matar a los Dragones Ancianos. El comandante y sus amigos son escépticos, y Marjory decide seguirle para descubrir si realmente es sincero.

Nosotros perseguimos a Caudecus y lo asesinamos. En las cartas que encontramos en su oficina descubrimos que él conocía los intentos del Manto Blanco por revivir a Lázaro y que secretamente reemplazó uno de los seis aspectos que ellos tenían por otro falso. Esto significa que el Manto Blanco nunca pudo revivir a Lázaro, así que... ¿Quién es esta persona que dice ser él?

En este momento tenemos dos misiones: descubrir quién es Lázaro en realidad y encontrar al Manto Blanco e impedir que revivan al verdadero Lázaro. Además, los integrantes esparcieron sus aspectos por toda Tyria al creer que lo habían revivido con éxito.

Cuando "Lázaro" llega al laboratorio de Taimi para ver la máquina que puede matar a Jormag y a Primordus, nosotros lo obligamos a descubrirse. "Lázaro" resulta ser Balthazar, el dios humano de la guerra. Él consigue escapar con la máquina de Taimi y nosotros lo seguimos hasta el volcán donde él está usando la máquina para absorber el poder de los dragones. Entendemos entonces por qué Balthazar está interesado en ellos: integrantes de un grupo que aún desconocemos lo han debilitado severamente, y él quiere utilizar el poder de los dragones para recobrar sus antiguas habilidades y poder así vengarse. Conseguimos que Balthazar no destruya Tyria pero no antes de que haya absorbido algo del poder de Jormag y Primordus. Como efecto colateral, sin embargo, ambos dragones permanecen dormidos (¡qué conveniente!).

Un grupo de atacantes se adentra en el Bastión del Penitente a través de un misterioso portal en el Pantano de la Hematites y descubren allí al tanto tiempo perdido Ojo de Janthir. Los Mursaat enseñaron al Ojo a vigilar a su prisionero Saul D'Alessio, el fundador del Manto Blanco. Los Mursaat lo habían torturado esperando que se rindiera y los obedeciera, y el propósito del Ojo era mantenerlo con vida. Nadie había informado al Ojo de la derrota de los Mursaat y éste había continuado haciendo lo que se le había ordenado. Los atacantes liberan a Saul y el Ojo se marcha en busca de los aspectos de Lázaro, su último amo con vida.

No solo el Manto Blanco ha sobrevivido los últimos siglos en las sombras, porque también La Hoja Brillante sigue viva y coleando. Ellos también buscan los aspectos. Su actual líder, la Condesa Anise, nos pide que vayamos en busca de uno de sus Ejemplares, la cual partió en misión para recuperar uno de los aspectos y todavía no ha regresado. La encontramos, atrapada, y la ayudamos a escapar. También el Ojo ha encontrado el aspecto; luchamos contra él y conseguimos el aspecto, pero el Ojo escapa.

De mala gana, la ejemplar Kerida y el comandante deciden trabajar juntos para encontrar los aspectos restantes. Encontramos el último aspecto en el Relicario de Abaddon en el Desembarco de la Sirena y evitamos ser aniquilados por el Ojo. Kerida revive a Lázaro. Él la reconoce y la llama Livia. ¿Cómo? ¿La misma Livia que venció al último Mursaat en la batalla de Arco del León hace siglos?

Sí, la misma. Sigue siendo tan joven como siempre y sigue negándose a confesar cómo lo ha conseguido, salvo lo que cuenta sobre el Cetro de Orr. Nosotros usamos Hoja Brillante, la espada del legendario Vidente, para matar definitivamente a Lázaro, el último de los Mursaat.

Con Lázaro muerto podemos ir en busca de Balthazar, pero no sabemos dónde está. Livia sugiere que le preguntemos al Ojo de Janthir, así que eso hacemos. El Ojo nos enseña el Desierto de Cristal, y ahí es adonde vamos (PoF). El Ojo desaparece entonces y nos demuestra así que los Mursaat están definitivamente extintos.

Abaddon y el Desierto de Cristal[editar]

Volvamos un momento al año 0, el año del Éxodo de los Dioses. El don de la magia había causado guerras y destrucción entre todas las razas de Tyria. Los humanos de Tyria seguían unidos en un reino, y lo mismo ocurría con los humanos en Elona. Ambos continentes estaban separados por el Mar de Cristal.

En el Mar de Cristal vivía un grupo de humanos llamados Margonitas. Ellos eran seguidores de Abaddon, dios del agua y los secretos. Este dios fue quien dio la magia de la Hematites a las razas de Tyria y quien se opuso al resto de dioses cuando quisieron recuperarla. Los Margonitas lo apoyaron en su guerra contra los otros dioses y los Olvidados, los cuales se pusieron de parte de los cinco dioses restantes. Los Margoritas perdieron: con un poderoso golpe de magia, Abaddon fue derrotado en la orilla del mar de cristal. El impacto convirtió el mar en desierto: el Desierto de Cristal, conectando así Tyria y Elona. El lugar en el que Abaddon fue vencido se corrompió a causa de su magia negra, y se le conoce como El Desolación.

El propio Abaddon fue encerrado dentro del Reino del Tormento junto con los Margonitas. El Reino del Tormento está en la Niebla, pero cerca de Desolación hay un lugar donde la distancia entre la Niebla y Tyria es mucho menor (o algo parecido): la Boca del Tormento. Abaddon pasa los siglos intentando escapar, liberando demonios en el mundo (Margonitas a los que el dios transforma en demonios, así de los Titanes que destruyeron a los Mursaat), y proveyendo de poderosa magia negra a las criaturas de Tyria. Los Olvidados fueron los guardianes de su prisión.

Elona y Palawa Joko[editar]

Los primeros humanos llegaron a Elona doscientos años antes del Éxodo de los Dioses y del encarcelamiento de Abaddon, y construyeron un reino concentrado alrededor de las islas del suroeste: Isla de Istan, con la Orden de los Lanceros del Sol dedicada a proteger a Elona. El reino duró seiscientos años (hasta la guerra de Abaddon), y terminó cuando la Plaga de los Escarabajos mató a la mayoría de sus habitantes, incluyendo a la familia real. Los supervivientes huyeron al continente de Elona y, tras algunas guerras y mucha violencia (encontrando además el origen de la Plaga y aislándola), Elona se estableció en tres provincias: Istan, (las islas en el suroeste), Kourna, (la parte sur del continente), y Vabbi (el norte, que bordea el Desierto de Cristal y Desolación).

Poco después aparecieron las noticias sobre Palawa Joko, un liche resurgido. No sabemos de dónde viene; simplemente, un día, aparece en Desolación y construye su Palacio de Hueso. Alrededor de doscientos años después (unos doscientos años antes del GW1), él y su ejército de resurgidos atacan Elona. Vabbi, por ser el más próximo, cae rápidamente, y esto hará que a Palawa Joko se le llame "El Azote de Vabbi". El ejército de Kourna, junto con la Orden de los Lanceros del Sol y lo que queda de las fuerzas de Vabbi, consiguen detenerlo en el norte de Kourna. Incapaces de matarle (al fin y al cabo, Palawa ya estaba muerto), los Elonianos lo encierran y fundan la Orden de los Susurros para asegurarse de que jamás escape.

Llegamos al GW1. Abaddon, en su intento más poderoso por escapar, sacude el área y libera en consecuencia a Palawa, quien a pesar de su libertad sigue demasiado débil y sin un ejército. Los Lanceros del Sol le ofrecen su libertad a cambio de información sobre cómo llegar al Reino del Tormento y derrotar así, de una vez por todas, a Abaddon. Palawa acepta la oferta. Los Lanceros del Sol destruyen al fin a Abaddon y su líder Kormir absorbe su poder y toma el lugar del sexto dios. Ella se convierte en la diosa de la verdad y permanece en el Reino del Tormento. Nosotros desconocemos cómo es este lugar tras tanto tiempo sin Abaddon.

Palawa Joko regresa a su Palacio de Hueso y comienza a crear su ejército. Una vez preparado, ataca de nuevo, pero ha aprendido de los errores pasados. Esta vez, la primera cosa que hace es contener el río Eloniano, de tal manera que este fluya hacia Desolación y el Desierto de Cristal en lugar de a través de Kourna y Vabbi. La falta de agua provoca entonces hambrunas y protestas por parte de la población, por lo que Vabbi termina rindiéndose. Las otras dos provincias pasan a ser estados vasallos no mucho más tarde, y muchos refugiados escapan a Kryta.

Palawa Joko destruyó por completo a los Lanceros del Sol, convirtiendo a algunos de aquellos que no querían morir en sus sirvientes (Medialuna Mordaz). Asimismo, Palawa también persiguió y mató a todos los descendientes de Turai Ossa. Él ha reinado en Elona desde entonces (es decir, desde GW1), y nosotros no hemos sido capaces de contactar con Elona desde los últimos 50 años (salvo la Orden de los Susurros, que parece tener un método para ello).

Recientemente, Kralkatorrik despertó en las Tierras Charr y voló en dirección sur hacia el Desierto de Cristal (donde se encontraba Glint), y dejó tras de sí un rastro de destrucción (es decir, todas las criaturas marcadas de los mapas Charr). Tras matar a Glint, se estableció en el desierto. Él es otra de las razones por las que no podemos llegar a Elona.

Notas[editar]