La ecología de los charr

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La ecología de los charr es un relato de Ree Soesbee.

Texto


Los Charr fueron tiempo atrás un pueblo primitivo, llenos de rabia regidos por una forma primaria de controlar y dominar. Luchaban contra todo lo que les amenazaba – incluso entre si- fue un perdió brutal el cual para evolucionar se necesitó de una sociedad jerárquica (cadena de mando) estricta. Todos estaban unidos bajo un mismo líder, Khan-Ur, empezó la edad de oro de Charr y su dominio. Los Charr se extendieron por todo el extremo norte de su patria, y hacia abajo en las islas del este de las Montañas Picosescalofriantes. Los Charr subyugaban o destruían todos los que se atrevieron a desafiarles en sus territorios.

Con el dominio, sin embargo, llegaron los problemas inevitables. Luchas internas y peleas brutales amenazando con destrozar este imperio. Pero Khan-Ur con su fuerte personalidad consiguió que esta feroz raza primitiva siguiera unificada.

Aparte de los conflictos internos, la única amenaza real para los Charr en ese tiempo fueron los Olvidados, que vivían en el Desierto de Cristal muy al sur. Pero gracias a las montañas que dividen sus tierras de las de los olvidados, los Charr siguieron manteniendo el control indiscutible sobre las tierras del norte. Los olvidados se retiraron, ya que fueron llamados al servicio por algún otro poder, hizo que dejaran de amenazar a los Charr.

Entonces los humanos llegaron, juntos los dioses los cuales habían sido enemigos de los Charr desde los inicios de la historia. Los seres humanos adoraban y veneraban estos dioses, ya que gracias a ellos los humanos obtuvieron la magia de la cual los Charr no disponían. Esta carrera advenedizo y se extendió como una plaga por todo el continente, y los Charr pronto se enfrentaron a su verdadero desafío de su dominio, la amenaza de la humanidad.

Esta fue la primera guerra contra los seres humanos, los Charr se vieron obligados a entregar las tierras que se convertirían en Ascalon. Pero estos no se desanimaron, ahora estaban verdaderamente unificados y luchando contra un enemigo en común, los Charr se prepararon para lanzar un contraataque, que consistía en quemar todo en su retirada. Sin embargo, cuando tenían planeado el asalto, la tragedia golpeo el imperio, Khan-Ur fue asesinado.

Actualmente, nadie sabe quién asesino a la última Khan-Ur, ni si alguna legión había estado detrás del asesinato o si era de los humanos o de sus poderosos dioses. Esta muerte provoco, que las legiones cayeran una vez más en el conflicto y el caos. Los registros de esta parte de la historia Charr están dispersos, al igual que las propias legiones, los hijos de Khan-Ur se peleaban entre ellos y en una última instancia, dividieron el imperio en sus inútiles intentos para reclamar el título de Khan-Ur y recuperar el control de todas las legiones Charr.

Los seres humanos se aprovecharon de este momento en que los Charr no estaban unidos, y construyeron la gran muralla del norte para defender sus tierras que habían ganado contra los Charr. A medida que pasaba el tiempo, los Charr fueron empujados mas y más al norte y los humanos empezaron a construir asentamientos más allá del muro, en territorio Charr. Mientras los seres humanos reclamaban mas i mas tierras de Ascalon los Charr no pudieron hacer nada para detenerlos.

Los Charr no saben cuántos cachorros engendró el último Khan-Ur, pero los cuatro de las grandes legiones dicen ser descendientes de su línea. Otros herederos son sospechosos, y de vez en cuando salen líneas de sangre más pequeñas, pero ninguna ha llegado a buen puerto. Los cuatros heredero del Khan-Ur empezaron con las cuatro grandes legiones, La legión de Hierro, Legión de la Llama, La legión de la sangre y la legión de ceniza.

No ha habido un verdadero Khan-Ur durante más de mil años. Realmente esta posición asida ocupada varias veces, pero ningún Charr ha sido capaz de aguantar la corona durante más que un puñado de años. Cada uno ha sido derrocado poco después de hacer el juramento; los Charr no aceptan a ningún gobernante que no sea suficientemente fuerte para defender su trono.

Pero se necesita más de una regla para que un Charr vuelva al poder.

Antes de la época de los seres humanos, se dice que los Charr no tenían dioses, ni ningún concepto de seres divinos más poderosos que ellos. Sabían de Melandru, e incluso tenían leyendas que describían como se creó el mundo. Pero paro los Charr estos seres no debían ser combatidos y si era posible destruirlos. Sin embargo cuando los Charr vieron a los humanos adorar esos dioses y recibiendo energía de ellos culparon ese mismo poder de la victoria de los humanos. Solo gracias a ese poder pudieron destruir a los Charr.

Así, con el fin de luchar contra la amenaza los Charr buscaron un dios suyo que se remontaba a doscientos años antes de la devastación, la banda de guerra quemado, un grupo dedicado a la Llama de la Legión, estos se aventuraron a las tierras que rodean el Volcán Hragnmer. Cuando regresaron, aseguraron haber encontrado los dioses para los Charr.

Los Charr orgullosos y con un nuevo propósito, los miembros de la Legión de la Llama juraron lealtad a estos nuevos dioses que hico que cayera cualquiera que se interponía en su camino. Una a una las legiones de Charr cayó bajo el control de estos "dioses" sus chamanes, los Charr finalmente aprendieron magia; un nuevo medio para llevar a la destrucción sus enemigos humanos al sur del muro.

Al final los Chamanes de las legiones rivales se reunieron en privado, unificando sus diferencias, y juraron seguir a estos nuevos dioses. Estos regresaron a sus ciudades-estados individuales y convencieron a su gente a adorar a los titanes, todo para salvar a un Charr llamado Bathea Havocbringer. Esta era una heroína, cuya fuerza y habilidad como guerrera le había hecho una líder entre la legión de la sangre, lucho en contra de este sacrilegio y fue asesinada por los chamanes, usaron esta ejecución como sacrificio a los nuevos dioses.

A causa de la desobediencia de Bathea a la nueva orden, todas las mujeres de su legión y, en poco tiempo, todas las mujeres entre los Charr fueron retiradas de la guerra y ejércitos, reducidas a hacer tareas como servicios en su casa en la ciudad de los legionarios. A pesar de que se irritaron ante esta medida y les negaba su derecho a la batalla contra los seres humanos, lo chamanes tenían todo el control sobre la legiones.

Cuando los Charr atacaron Ascalon fueron con toda la furia del destino. Usaron el caldero del cataclismo, los chamanes con la magia de los titanes realizaron el ritual de la Devastación. Se dice que la magia del caldero era más poderosa que los Charr, incluso que en toda la historia registrada, estaban forjada por viejas entidades caídas en el sueño y el reposo.

Los chamanes estaban confiados con el poder de los titanes y su control sobre las legiones Charr conjunto con la devastación dieron a la raza la ventaja que habían estado esperando por más de mil años. Con el caldero, los chamanes convocaron meteoros de cristal, que cayeron sobre su enemigo destruyendo las tierras agrícolas y destrozando el Muro.

Uno de los líderes de la Legión de la Llama de la época, Bonfaaz Pielquemada, estimulo la carga contra el muro, mostrando a los chamanes su unidad. Mientras que los seres humanos alterados huyeron ante esta ofensiva, los Charr retomaron Ascalon, apoderándose de ciudades y pueblos y esclavizando a cualquier humano que tuviera la mala suerte de caer en sus manos.

El asedio de Ascalon se prolongó durante más de dos años, hasta que los héroes humanos golpearon la base de la unificación Charr derrotando a los titanes, demostrando que eran inferiores a los dioses. En este punto la ofensiva Charr peligro, pasando de una guerra santa a una ocupación. Los chamanes lucharon para mantener las legiones unidas, prometiendo la victoria, incluso sin la magia de los Titanes.

Agregando a sus problemas, la resistencia humana continuo, con poderosos héroes entre los ciudadanos de Ascalon que se defendieron de la ocupación Charr. Aun así los Charr consiguieron el control hasta que solo quedo un reducto de los humanos – Ciudad de Ascalon.

Por más de treinta años, los Charr y los ciudadanos de Ascalon lucharon, en los terrenos que rodean la ciudad. Liderados por su viejo rey, Adelbern, los humanos lucharon valientemente, pero finalmente las paredes de Ascalon cayeron y los Charr invadieron la ciudad. Sin embargo, incluso en su momento de victoria final, los Charr invadieron la ciudad. Sin embargo, incluso en su momento de victoria final, los Charr se vieron frustrados por la magia humana.

En ese momento la magia de Adelbern salió a luz en el momento de la derrota, vieron una espada de fuego descender de la torre más alta de la ciudad con un calor ardiente blanco que limpio las calles de la ciudad. Devastando a los invasores. Una vez que esta ola de calor se había ido, los espíritus de los soldados de Ascalon derrotados se levantaron con formas espectrales teniendo armas fantasmales y los Charr se vieron obligados a abandonar la ciudad.

Ciudad de Ascalon nunca más se ha vuelto a tomar, y los fantasmas de las fuerzas de Adelbren aún están vagando por la tierra, preparados para luchar contra el enemigo en caso de que vuelva. El rey se sienta en su trono dentro de la ciudad destrozada, su forma fantasmas emite las órdenes y comanda a un ejército de espectros. Los Charr solidificaron su control sobre Ascalon.

Durante ese tiempo de la ocupación, los Charr aprendieron una valiosa lección: podían conquistar y mantener el territorio, incluso sin dioses. De hecho, el engaño de los chamanes, y su servidumbre a los titanes enseñaron a los Charr a destruir aquellos que querían venderse a un maestro, dios o no.

Pyre Fierceshot, fue un héroe del pueblo Charr, se convirtió en un icono de esta libertad varios años después de la caída de los titanes. Pero su desafió a la casta Chaman fue solo el primer golpe de los muchos que finalmente hico romper el control de los chamanes sobre las legiones. Pyre fue rechazado por la casta chaman y empezó un movimiento clandestino entre las legiones. Los chamanes buscaban desesperadamente un nuevo dios para restaurar sus posiciones estabilizar su podes que les permitiría volver a aprovechar el dominio que habían perdido.

La verdadera rebelión empezó unos 40 años más tarde, cuando Kalla Navajachamuscada, derroco la dominación de la legión de la llama, y restauro las legiones en el lugar que les correspondía como motor de la sociedad Charr y el restablecimiento de sus sistemas antiguos. Sus aliados se unieron en las llanuras de Golghein en una batalla final para derrota de una vez por todas a la casta chaman.

Ese día, la mujeres guerreras dieron un golpe per su pueblo, así como su genere. Kalla lleno el campo de batalla con las mujeres que se habían entrenado en secreto durante generaciones, desafiando las órdenes de los chamanes de quedar en casa. Esto duplico el número de Charr en el grupo aliado contra los ejércitos Chaman y marco la diferencia en la guerra. Los chamanes no tenían opción, fueron superados en número, y se rindieron antes de ser erradicados. Se les permitió vivir porque su magia era útil, pero nunca más se les permitiría dominar a los Charr.

Hoy en día, un poco más de 250 años después de su ataque inicial en el muro, los Charr todavía se enfrentas a la amenaza de los fantasmas de Ascalon, así como los peligros naturales. Sin embargo, tienen la mayoría de tierras domesticadas al este de los Piscos escalofriantes, levanto fortalezas propias donde fortificaciones humanas fueron una vez montadas. Uno de los más fuertes de estos, la Ciudadela de Hierro donde construyeron encima de las ruinas de la ciudad de Rin el cual tenía vistas a las tierras encantadas. A partir de ahí, los Charr puede que algún día vuelvan a tomar la ciudad de Ascalon, terminando la conquista iniciada hace tanto tiempo.

Las Legiones

Las cuatro legiones principales de los Charr son la Legión de Ceniza, Legión de la Llama, Legión de Sangre y la Legión de Hierro. Cada legión es muy orgullosa de sí misma, belicosos a la vez que individualistas. Cada uno proclama su derecho al trono, diciendo que son hijo del original Khan-Ur. Existen legiones más pequeñas, tanto individuales como absorbidas dentro de otras con más poder. Algunas de estas legiones tratan de justificar su derecho al trono a través de la sangre fuerza militar, reclamando la independencia alzando una nueva bandera.

Después de la caída de los Titanes y la rebelión de Kalla Navajachamuscada, la legión de la llama fue derrocada. Con su poder místico destruido sus chamanes apenas tenían suficiente fuerza para luchar con las otras legiones y seguir con vida. Esta legión se retiró al noroeste a su ciudadela principal en Hragmer.

Las otras legiones empezaron a llamarlos Legión de Oro, ya que se usaba en sus rituales con los Titanes, debido a su fracaso y su adoración a dioses falsos.

El nombre fue propagado, y en cien años solo unos pocos Charr fuera de la legión del oro se molestaron en recordar el nombre original. Los de la legión del oro, se oponían a las otras tres legiones, estos luchaban por mantenerse con vida y recuperar su antiguo lugar casi tocando la corona de Khan-Ur.

Las legiones son ferozmente independientes, cada una luce las bandas de guerra y su ciudad. Todos ellos prefieren seguir caminos separados, pero ninguna legión es tan tonta para ignorar el único objetivo de los Charr conquistar y dominar a todos por la fuerza. Le legión del oro lo intentaba a través de la magia, el hierro a través de creaciones mecánicas y torres de asedio, la legión de la sangre tiene los mejores guerreros individuales cara a cara entre los Charr y la legión de la ceniza es conocida por sus acosadores y asesinos.

Todos eran diferentes en el método, pero todas ellas reclamaban el trono vacío del Khan-Ur, y ninguna legión a otra ha permitido a otra ocupar el lugar del líder. Ya que las legiones aprendieron una valiosa legión sobre la obediencia ciega de los chamanes de la Legión del Oro. Ninguno ha sido capaz de unificar a todos los Charr bajo una misma bandera y dejar de lado sus diferencias. O tal vez una legión consiga conquistar toda la nación y unificar los Charr.

Cultura

Los charr son carnívoros; no se alimentan de ningún tipo de plantas. No tienen fincas, y no necesitan agricultura o vegetación fuera de lo que se necesita para estructuras o usos técnicos. Arrean bandas de bestias itinerantes para alimentar a las legiones, asignando la tarea a los jóvenes Charr o a los heridos que ya no pueden luchar.

Los niños charr se llaman cachorros, aunque las hembras ocasionalmente se llaman "kits" por afecto. Los bebés nacen completamente peludos, con ojos abiertos y extremidades funcionales. En unos pocos días, los cachorros pueden seguir a sus madres incluso en los terrenos más difíciles. Comen carne al mes de nacer y son completamente independientes varios meses después.

Los cachorros Charr son criados por sus padres solo durante este corto período de tiempo. A partir de entonces, son llevados a campamentos Fahrar (la aproximación humana más cercana es la escuela o la educación), allí son criados en grandes manadas por los Charr de su legión. A los cachorros en un Fahrar se les enseña a unificarse, se les anima a definir su propia estructura social y, por lo tanto, se les obliga a formar parte de una banda de guerra. Se les da un nombre para reclamar, del cual los cachorros dentro de una sola partida de guerra derivan sus apellidos, como Disparo Feroz o Garra fatal.

Esta partida de guerra sirve como el principal grupo social, y la única familia, que un joven Charr conocerá. Aunque los cachorros son conscientes de su linaje y de sus padres, los adultos no tienen ni interés ni participación en la educación, crianza o crecimiento de un cachorro joven una vez entregado al Fahrar de la legión. La legión (y la nueva partida de guerra del cachorro como parte de esa legión) está antes que cualquier lazo de sangre.

La partida de guerra primus de cualquier legión lleva el nombre de esa legión: Ceniza, Sangre, Hierro y, en el caso de la Legión Dorada, Llama. Esta singular legión[sic] es hereditaria, pero el líder debe reclamar el nombre a través de un desafío de sangre: una lucha entre los descendientes de Khan-Ur por la supremacía dentro de la legión.

Ocasionalmente, los no descendientes de Khan-Ur se unen a la partida de guerra primus, tomando el nombre de su líder como propio, como es tradición Charr. Pero el líder de los primus es siempre un descendiente de Khan-Ur, el principal heredero de la legión y su legítimo heredero de la corona de liderazgo entre los Charr.

También es posible que los Charr dejen la partida de guerra de su juventud, ya sea debido a un ascenso o para realizar un deber específico, o incluso porque los Charr no pueden cumplir con los deberes asignados. Un Charr que se mudó de su partida de guerra original aún mantiene lealtades a esa primera "familia" (y, por lo tanto, tales movimientos son inusuales), sin embargo, ese Charr debe cambiar su nombre y aprender rápidamente a encajar con nuevos compañeros o no será más que carne en el campo de batalla.

En circunstancias extremadamente inusuales, se sabe que los Charr se unen a los clanes con humanos u otras razas en lugar de bandas de guerra. Estos Charr pueden ser marginados o simplemente pueden haber sido forzados por necesidad a tomar aliados inusuales. Pero a pesar de sus extrañas lealtades, ningún Charr olvida su lealtad a la legión.

Notas

  • Parte de la historia se ha vuelto obsoleta desde la publicación de este texto. Por ejemplo, ninguno de los actuales imperators de las cuatro Altas Legiones que se ven en Guild Wars 2 siguen el patrón de nombres sugerido en el texto, mientras que solo unos pocos personajes se refieren a la Legión de la Llama como la Legión de Oro.