Convenciendo a los fieles
Convenciendo a los fieles
- Año
- 1325 d.É
- Argumento
- Historia personal
- Capítulo
- Manos amigas
- Localización
- Costa Mareasangrienta
(Kryta) - Nivel
- 50
- Elección
- Hylek
- Precedido por
- Sacrificio de campeón
- Seguido por
- Territorios impíos
- API
- 268
Convenciendo a los fieles es parte de la historia personal para los personajes asura, humano, norn, o sylvari que han escogido ayudar a los hylek y convencer directamente a la suma sacerdotisa.
Objetivos[editar]
Sigue la procesión de la suma sacerdotisa hasta los Territorios Lorantl.
- Reúnete con Ikniu cerca de la Tajada del Capitán.
- Elimina todos los peligros presentes en el camino de la procesión.
- Habla con la suma sacerdotisa Ecolotl.
Recompensas[editar]
Guía[editar]
Tras hablar con Ikniu, nada para encontrar la procesión hylek. Derrota a los enemigos que se interponen en su camino para mantenerlos a salvo. Al principio debes eliminar a los piratas a los lados y en frente que bloquean el camino. Después, en el agua, debes derrotar al grupo de 3 tiburones y el tiburón que embosca al grupo más adelante. Por último, otra vez en tierra firme, debes derrotar a los grupos de resurgidos y la abominación final. Entonces sigue al séquito hasta la suma sacerdotisa, y habla con ella para convencerla.
PNJs[editar]
Aliados[editar]
- Varios (Mentor)
Enemigos[editar]
- Abominación resurgida
- Apestado resurgido
- Bruto resurgido
- Humano resurgido
- Larva resurgida
- Siervo resurgdio
Objetos[editar]
Diálogo[editar]
Hablando con tu mentor:
- Maestre Sieran: No hagamos esperar a Ikniu. Además, estoy deseando ver cómo es el claustro de una suma sacerdotisa hylek. No he visto ninguna imagen en los archivos.
- Cuando lleguemos, pediré hacer una visita guiada.
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: Por este motivo mi gente no confía en la religión: caminatas largas y peligrosas por ciénagas. Pero Ikniu nos espera. Más vale que nos pongamos en marcha.
- Estoy contigo.
- Adalid Forgal Kernsson: Ikniu está listo. Creo que esta operación está lista para empezar.
- Bien.
Cinemática con Ikniu:
- Ikniu: Llegas a tiempo. El séquito de la Suma Sacerdotisa está a punto de partir. Están llevando provisiones a su claustro, no llevarán directamente hasta ella.
- Ikniu: Lo difícil será asegurarse de que lleguen allí. El camino es peligroso, está lleno de piratas, depredadores y muertos vivientes.
- Ikniu: Tenemos que reconocer y limpiar el camino para el séquito, pero si nos acercamos demasiado, nos verán y detendrán la procesión.
- Maestre Sieran: Así que tenemos que mantenerlos con vida sin que se pongan nerviosos. Todo un reto, pero nada que el Priorato no pueda hacer. En marcha.
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: No hay problema. Permanecer ocultos es nuestra especialidad. Vayamos de paseo y reunámonos con los sagrados hylek.
- Adalid Forgal Kernsson: Mmff. En mis tiempos, les habríamos obligado a llevarnos ante la Suma Sacerdotisa a punta de espada. Pero los tiempos han cambiado, así que lo haremos a tu modo.
Hablando con tu mentor y con Ikniu después de la cinemática:
- Maestre Sieran: Ya había visto sociedades insulares, pero esto es ridículo. ¿Por qué no nos dejan que nos unamos a la procesión para poder protegerles?
- ¿Tradición? ¿Religión? En todo caso, debemos seguir adelante.
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: ¿Por qué no...? No, me alegro de que no nos dejaran unirnos a la procesión. Somos agentes de campo de la Orden de los Susurros. Se supone que debemos pasar desapercibidos, arrastrarnos y perseguir a nuestros objetivos.
- Esos somos nosotros. Continuemos.
- Adalid Forgal Kernsson: Estúpidas ranas. Ni siquiera son capaces de reconocer que hemos venido a ayudarles. Si no fuera por nosotros, no lo conseguirían nunca.
- Por eso estamos aquí: para salvarles. Sigue avanzando.
- Ikniu: La ruta de la procesión está repleta de bestias salvajes y bandidos peligrosos. Muchas de las procesiones no llegan nunca. Debemos asegurarnos de que esta lo consiga.
- ¿Estás bien? ¿Puedes soportar la carga de los restos de tu hermano?
- Este no es Sabiti. Es una prueba de la corrupción que acabó con él. Lo llevaré conmigo hasta que la suma sacerdotisa lo vea y quede convencida.
- ¿A qué nos enfrentaremos en la ruta de la procesión?
- ¿Hasta dónde llegará la procesión?
- Entendido. En marcha.
- ¿A qué nos enfrentaremos en la ruta de la procesión?
- Depredadores del mar y la orilla. Piratas, tiburones y los propios Sombríos vagan por las playas y a poca profundidad. Debemos estar preparados para ellos.
- ¿Estás bien? ¿Puedes soportar la carga de los restos de tu hermano?
- Lo estamos. ¿Hasta dónde llegará la procesión?
- Cuenta con ello.
- ¿Hasta dónde llegará la procesión?
- Muy lejos. La suma sacerdotisa construyó su claustro en un lugar sagrado que le fue revelado en una visión. Allí medita a la luz del dios Sol y recibe su sabiduría.
- ¿Estás bien? ¿Puedes soportar la carga de los restos de tu hermano?
- ¿A qué nos enfrentaremos en la ruta de la procesión?
- Espero que también acepte la nuestra. En marcha.
- Lo haremos.
Despejando el camino de la suma sacerdotisa:
- Ikniu: El séquito partirá pronto. No dejes que nos vean. Si nos acercamos mucho, pararán.
- Proveedor hylek: Estamos listos para empezar la procesión. ¡Séquito! ¡Continuad!
- Ikniu: Los piratas patrullan esta ruta. Vamos a eliminarlos antes de que echen todo a perder.
- Pirata de Covington: Es suficiente, ranitas. Soltad la mercancía u os haremos mucho daño.
- Proveedor hylek: ¡Piratas! No tengáis miedo, no son más que escoria. ¡Guardias! ¡A mí!
- Pirata de Covington: Vuelve a tu pantano, cara de rana. Déjanos esa mercancía pesada a nosotros.
- Proveedor hylek: No flaqueéis, amigos. Ni siquiera las bestias de las profundidades pueden detener nuestra sagrada misión.
- Ikniu: Estas aguas están infestadas de tiburones. Hay que despejar el sendero por el que avanza la procesión.
- Ikniu: ¿Muertos vivientes? ¿Aquí? Hay que matarlos antes de que interfieran con la procesión.
- Proveedor hylek: ¿Muertos vivientes? ¿Tan cerca de suelo sagrado? ¡Blasfemia!
- Proveedor hylek: No fue fácil, pero hemos traído los suministros que la Suma Sacerdotisa pidió.
- Nahualli: Muy bien. Os está esperando. Entrad.
- Suma sacerdotisa Ecolotl: ¿Cómo han accedido esos forasteros a nuestros terrenos sagrados?
- Nahualli: ¿Ikniu? ¿Qué estás haciendo aquí? Por el Sol, ¿es Sabiti?
- Nahualli: Mirad... la cabeza del campeón. Y está completamente corrupta.
Acercándote demasiado al séquito:
- Proveedor hylek: ¿Qué...? ¿Quién eres? ¿Qué estás haciendo aquí? Déjanos trabajar.
- Proveedor hylek: ¡Atrás! ¡No interfiráis! Esos suministros son solo para la Suma Sacerdotisa.
Intentando pasar los Nahualli antes que el Proveedor hylek llegue a los terrenos sagrados:
- Nahualli: No tan rápido, forastero.
- Nahualli: Solo los elegidos por la Suma Sacerdotisa pueden entrar.
Hablando con tu mentor antes de entrar en los terrenos sagrados:
- Maestre Sieran: Creo que entre Ikniu, tú, la cabeza y yo, hemos dejado clara nuestra postura. Ha llegado el momento de hablar con Ecolotl.
- Me marcho.
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: Un paso más cerca de completar la misión. A juzgar por la incómoda situación entre la suma sacerdotisa e Ikniu, diría que ha llegado el momento de que hagas algo.
- Ya voy.
- Adalid Forgal Kernsson: No me gusta cómo miran esos centinelas a Ikniu. Más vale que des un paso al frente y hables con Ecolotl antes de que esto se ponga feo.
- Entendido.
Hablando con el Proveedor hylek:
- Proveedor hylek: Sin vuestra ayuda no lo habríamos conseguido. Está claro que vuestra presencia aquí es una señal de intervención divina. ¡Alabado sea el dios Sol!
- Puede que nos haya enviado el dios Sol, pero os hemos salvado nosotros.
- Todo el bien y la luz fluyen del dios Sol. Solo nos habéis ayudado porque os lo ha permitido el dios Sol.
- Dado que soy el agente del dios Sol, la suma sacerdotisa debe hablar conmigo.
- Eso depende de ella. Todos hacemos lo que nos indica el dios Sol, pero él habla directamente a través de ella. Nadie entiende mejor las bendiciones del dios Sol que ella.
- Entonces entenderá el peligro del que voy a advertirle.
- Y yo soy el nuevo favorito del dios Sol. Apártate.
- Podéis pasar, pero no le habléis así a la suma sacerdotisa. Ella merece vuestro respeto y vuestra admiración.
- Admiración. Entendido. Ahora, apártate.
- El motivo de que debamos hablar con ella de inmediato es su profunda espiritualidad.
- Muy bien. Podéis pasar, pero mantened la reverencia adecuada si no queréis que os envenenemos y os aplastemos la cabeza.
- Eso no será necesario, te lo prometo.
- Muy bien. Nos vemos más tarde.
- Ya... Claro. Alabando al dios Sol, muy típico de mí.
Cinemática con la Suma sacerdotisa Ecolotl:
- Suma sacerdotisa Ecolotl: No sé cómo habéis entrado, pero no podéis quedaros. Es un lugar sagrado. Salid, antes de que os acribillen con dardos envenenados.
- Mentor: No hasta que escuches lo que tenemos que decir. Aquellos que has sacrificado a los sombríos se convertirán en sombríos.
- Ikniu: Has visto nuestra prueba. Tus guardias te confirmarán que esta cosa muerta viviente era antes la cabeza del campeón Sabiti. No puedes seguir negándolo.
- Ikniu: Ordena al jefe que detenga el torneo. No hay que seguir engrosando las filas de los sombríos con más campeones.
- Suma sacerdotisa Ecolotl: Pero... que el Sol me perdone, es demasiado tarde. El torneo comenzó cuando mi séquito salió de la ciudad. A estas horas, ya ha terminado.
- <Nombre del personaje>: Entonces, tenemos que ser rápidos. Los muertos vivientes se están concentrando para atacar y no tardarán mucho. Congrega a tus fuerzas y reúnete con nosotros en el pueblo.
Inmediatamente después de la cinemática:
- Maestre Sieran: Miro a estas criaturas y me acuerdo de mi hogar en la Arboleda. ¿Qué estaría dispuesta a hacer si algo las amenazara?
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: Míralos, permanecen unidos pase lo que pase. Quisiera... Quiero decir, mi antigua escuadra... Ah, da igual.
- Adalid Forgal Kernsson: Esas criaturas son cabezotas, sin duda. Entregadas, quiero decir. Puede que no me gusten, pero eso lo admiro.
Hablando con tus aliadós después de la cinemática:
- Suma sacerdotisa Ecolotl: Gracias por obligarme a ver la verdad. Todos esos valerosos campeones... Aunque me sumerjo en la luz del dios Sol, el orgullo y la tradición me han cegado.
- ¿Por qué enviaste a vuestros campeones hacia el peligro?
- Los Sombríos estaban invadiendo nuestra tierra. Rezamos para saber qué hacer y el dios Sol me mandó una visión de un campeón imbuido de poder para defender nuestras tierras. Nos pusimos en marcha para elegir a ese campeón.
- Parece que el dios Sol me ha enviado para mostrarte otro camino.
- Eso creo. No eres ninguna visión, pero eres una bendición del dios Sol. Y tienes razón: debemos luchar juntos. Te ayudaré a defender a mi gente.
- Gracias, suma sacerdotisa.
- Ahora yo soy vuestro campeón. Y yo digo que tenemos que luchar; todos.
- Sí, ahora lo entiendo. No perteneces a los hijos del dios Sol, pero creo que eres su agente. Te ayudaré a defender a mi gente.
- Muy bien. Gracias, suma sacerdotisa.
- Ya veo. Gracias.
- No es demasiado tarde. Juntos, podemos salvar a tu pueblo.
- Ikniu: Gracias por seguir adelante con esto. Puede que los Sombríos nos destruyan igualmente, pero ya no les ofreceremos nuestras gargantas sin más. Por primera vez en mucho tiempo, hay esperanza.
- Sí, aún hay esperanza. Solo rezo para que aún haya tiempo.
- Maestre Sieran: Creo que ha ido bien. Aparte de los piratas, los tiburones y los muertos vivientes, convencimos a Ecolotl más rápido de lo que pensábamos.
- ¿Lo ves? Ya te dije que nadie puede poner en duda la cabeza de un muerto viviente en una estaca.
- ¡No lo habéis hecho! Pero imagina lo que sería discutir con la cabeza de un muerto viviente y que esta te respondiera... Puaj. Creo que me acabo de dar escalofríos.
- Puaj es la expresión correcta. Venga, tenemos una aldea que proteger.
- Ojalá hubiéramos tardado aún menos. La aldea está en peligro y cada segundo cuenta.
- Correcto. Volvamos y veamos cómo van las defensas.
- Estoy contigo.
- Si era necesario, podría haberle empalado la cabeza en una estaca.
- Me alegro de que no haya sido necesario. Se supone que debemos proteger y reclutar a estos hylek, no convertirlos en un puñado de vagabundos.
- Entonces, volvamos a proteger y a reclutar.
- Esperemos no haber tardado demasiado.
- Iluminado Tybalt Zarpazurda: Pues entonces ya está hecho. Una suma sacerdotisa, convencida. Empezaba a pensar que no entenderían a razones.
- A razones y a una cabeza corrupta en un palo. Eso suele zanjar cualquier disputa.
- Correcto. Aunque yo creo que el uso tradicional de ese dispositivo retórico es una traba. "Si no estás de acuerdo conmigo te pasará esto".
- Enorgullécete. El nuestro fue un argumento mucho más sutil y lleno de matices.
- Teníamos la verdad de nuestra parte. Solo era cuestión de tiempo.
- Tiempo y acceso. Tenemos el acceso, ahora necesitamos tiempo. Los muertos vivientes... digo, los Sombríos se estarán preparando para atacar la aldea mientras hablamos.
- Estaremos esperándoles.
- Podría haber derribado a esa suma sacerdotisa y haberla obligado a escuchar.
- Eso no es muy típico de la Orden de los Susurros... Bueno, a menos que lo hicieras en silencio y sin que te viera nadie. Espera, ¿pero qué digo? Nuestra misión es proteger a estos hylek, no enfrentarnos a ellos.
- Y ahora ya podremos completar esa misión. En marcha.
- Por suerte, lo conseguimos. Esperemos que aún quede tiempo.
- Adalid Forgal Kernsson: Por fin. Empezaba a preguntarme si los hylek iban a aceptar nuestra ayuda.
- Lo único que tuvimos que hacer fue enseñarle a la gente adecuada una cabeza en una estaca.
- Normalmente no convenzo así a la gente para que nos dejen ayudar, pero conseguimos el objetivo.
- Correcto. Y no se puede discutir con el éxito.
- Son un pueblo orgulloso. Tuvimos que buscar la manera adecuada de decírselo.
- Ahora que los hemos encontrado y que están convencidos, podemos empezar a preparar a la aldea para el próximo ataque de los muertos vivientes.
- Correcto. Empecemos.
- Lo sé. Estaba a punto de empezar unas cuantas cabezas más si era necesario.
- Sé a lo que te refieres. Si fuera una opción válida, podríamos haber empezado por ahí y ahora ya estaría hecho.
- Es mejor así. Cuantos más hylek salvemos, más podremos reclutar.
- Me alegro de que lo consiguiéramos. Volvamos y defendamos la aldea.
Curiosidades[editar]
Mi historia[editar]